El Atleti gana con oficio y corazón
La valentía del Alavés no fue suficiente para tumbar a los rojiblancos que vencieron por 4-1 con goles de Joao Félix y Luis Suárez
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En la vida, como en el fútbol, cuando los protagonistas le ponen corazón al asunto siempre tienen más posibilidades que le salgan bien las cosas. Y eso es exactamente lo que propuso el Atlético de Madrid que, con el durísimo suceso que ha tenido que vivir su entrenador, salió al césped del Metropolitano con ganas de brindarle un triunfo al jefe del jefe. El minuto de silencio en honor a Carlos Simeone pareció detener el tiempo en el templo rojiblanco. Una emoción intangible pero palpable en el ambiente de la Avenida Luis Aragonés. La intensidad no se negoció en los primeros compases del partido, hasta tal punto que el primer cuarto de hora se tiñó de rojo y blanco. Los del 'Cholo' salieron con coraje y fútbol por igual y se llevaron el premio del gol en el minuto 11. Un centro tenso pero preciso de Vrsaljco que remató Joao Félix desde el punto de penalti con un cabezazo a la altura de los mejores.
Solo fueron 15 minutos
La tormenta 'colchonera' hacía presagiar una lluvia de goles en el primer tiempo. Nada más lejos de la realidad, el Alavés consiguió retener el temporal con creces. El juego empezó a trabarse y solo benefició a uno de los equipos. La balanza comenzó a nivelarse y en ese espacio temporal donde nadie se hacía con el control, los 'babazorros' encontraron un oasis en medio del desierto. A través de Joselu y Luis Rioja, los de Mendilibar crearon peligro y dieron algún que otro susto a los aficionados presentes. Aunque para sustos los que protagonizaron los 22 protagonistas en lo que a su integridad física respecta. Muchos golpes y diversas asistencias médicas que quedaron en eso, sustos. Los conjuntos se entendieron en el farragoso fútbol que se mostró hasta el final del primer tiempo. Más motivos tuvo para quejarse el Alavés en el 'combate' que se libró. Lodi le propició un codazo en la cara a Edgar Méndez en una acción que pareció clara. Iglesias Villanueva no llamó a Melero López desde el VAR y la acción quedó en una anécdota, agria para el Alavés y dulce para el Atleti.
El entretiempo le sirvió al técnico argentino para modificar lo que no funcionaba desde hacía media hora. Salieron los zurdos Lodi y Lemar para dar entrada a los diestros Carrasco y De Paul. Cambio de esquema y de idea de cara a los 45 minutos que dictarían sentencia. En frente, la dura batalla del primer tiempo se cobró la víctima de Pere Pons que no pudo disputar el segundo tiempo. El Atlético transmitió la misma sensación pese a los cambios. Muy espesos los rojiblancos y perdiendo los duelos individuales. Empujaron los vitorianos con su fútbol y a base de envites consiguieron el empate de la misma forma que los locales abrieron la lata: centro lateral y remate de cabeza. Lo merecía desde hacía rato y la persistencia se tradujo en recompensa. Y no. El gol de Escalante no hizo reaccionar al Aviación y la fría noche en la capital congeló todavía más a los asistentes que observaban con desazón a su equipo.
Otros 15 minutos decisivos
El conjunto del norte quería más y merecía más pero esto del fútbol no va de merecerlo y las tornas volvieron a darse la vuelta. Fueron las sustituciones las que le dieron la vuelta al partido, pero no las del descanso. La conexión sudamericana de Suárez y Cunha cayó como un rayo en el Wanda Metropolitano. Se buscaron y se entendieron cuando más lo necesitaba el Atleti. El brasileño, que volvía al verde tras un mes y medio lesionado, aportó el desparpajo y la valentía que faltaba por los carriles. Hasta el punto que provocó la jugada trascendental del segundo tiempo en la que Lejeune le da una patada a destiempo dentro del área, provocando un penalti que, posteriormente, transformaría Luis Suárez con sangre fría.
Los 'babazorros' no pudieron soportarlo y entraron en estado crítico. Los fantasmas de partidos pasados aparecieron en el tramo decisivo y ahí es cuando afloró el mejor Atléti. Recuperaciones en el centro del campo que dinamitaban contragolpes peligrosos. Los mejores siempre aparecen y Joao no iba a ser menos. Un control sublime, un centro medido y un rebote en el momento más oportuno para sentenciar el partido. Aún así, los del 'Cholo' se ensañaron con su rival y, otra vez, Suárez marcaba para redondear la goleada. Los rojiblancos fueron superiores durante los primeros y últimos 15 minutos. Parece poco, pero fue el tiempo suficiente para asestar otro mordisco a la parte alta de la clasificación.
Javier Nácher
Redactor de deportes en la Cadena SER. Valenciano...