'Naná': la desoladora decadencia de la alta sociedad parisina
Una historia excesiva y brutal, porque cuando Zola nos sumerge en un ambiente, no concede descanso ni tregua
'Naná': la desoladora decadencia de la alta sociedad parisina
Émile Zola nació en 1840 y murió en 1902, en París. Es el patriarca del naturalismo y el impulsor de la novela experimental. Es el autor de la monumental serie de 'Los Rougon-Macquart', que en los 31 volúmenes que comprenden las 20 novelas traza la genealogía de más de 200 personajes marcados por las tendencias hereditarias y los condicionantes del medio social en el que viven. Podríamos destacar 'Thérèse Raquin', que ya os hemos contado en 'Un libro una hora', y 'Germinal', que pronto os contaremos.
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Zola actuó políticamente en varias ocasiones y, sobre todo, en el famoso asunto Dreyfus. En diciembre de 1898 publicó en L’Aurore la célebre epístola a Felix Fauré 'J’accuse' por la que fue multado, condenado a un año de cárcel y a un breve exilio. Publicó 'Naná' en 1880. Es el noveno libro de la serie de 'Los Rougon-Macquart'. Su protagonista es una mujer apasionante e inolvidable. La historia es excesiva y brutal, porque cuando Zola nos sumerge en un ambiente, en un lugar, no concede descanso ni tregua. Es divertida, a ratos asombrosa y siempre terrible.
Zola quiso mostrar a través de una prostituta de lujo los vicios y la decadencia de la alta sociedad parisina
Como señala el blog La brújula literaria, 'Naná' es el noveno libro de los 20 que componen la saga de 'Los Rougon-MacQuart'. Ya en el séptimo, 'La taberna', Zola nos presentaba a Naná, era la hija de la protagonista, Gervaise, pero es en Naná donde se centra totalmente en ella. Zola quería escribir sobre una prostituta de lujo, quería mostrar a través de ella los vicios y la decadencia de la alta sociedad parisina del final del Segundo Imperio. Y de paso conocemos también la vida social de la época: el teatro de variedades, las carreras de caballos, las fiestas en casas de amigos. Zola no escatima en detalles, nos describe los salones, los peinados y la forma de desenvolverse de los personajes. La hipocresía queda patente en las acciones y los diálogos, de los que hay en gran cantidad, dando agilidad al relato.
Como apunta Jaime Eduardo Meléndez, la novela está encuadrada dentro del movimiento literario bautizado como naturalismo, el cual abogaba por retratar de manera cruda la realidad de la sociedad a través de la literatura, bajo la premisa de que las condiciones sociales son determinantes en la confección de la personalidad de todos los individuos. 'Naná' es una poderosa radiografía de la sociedad francesa de este Segundo Imperio. La novela se ubica en los tres años previos a la guerra Franco-Prusiana de 1870-71, conflicto que no solo originó el colapso del Segundo Imperio, sino que además dio la primera derrota a la Tercera República.
Naná, la protagonista, es una joven en sus tempranos 20, que desde muy joven se dedica a la prostitución para sobrevivir. Después de pasar un tiempo en las calles logra hacerse de cierto estatus y se queda con unos pocos amantes quienes le mantienen en un buen nivel de vida. A partir del primer capítulo en el teatro de París, la narración te lleva por prácticamente todos los escenarios posibles de la ciudad, desde los salones donde se reúnen personalidades de la aristocracia, hasta los barrios más bajos de la ciudad donde la pobreza, miseria y prostitución son la norma, pasando por las zonas donde se reunía la comunidad lésbica o una gran carrera en el hipódromo de París. Zola deslumbra cuando narra escenarios complejos, llenos de personajes y eventos que ocurren simultáneamente, porque a través de la narración logra construir de una manera completa un gran mosaico de detalles que dejan en la mente una vívida imagen sobre lo que acontece.
Un profundo análisis psicológico sobre la mente caprichosa y desvergonzada de las prostitutas
Según Guillermo Castro, era de esperar que Zola, tarde o temprano, abordara el tema de la prostitución. Nos cuenta las andanzas de una joven meretriz ,pero además nos ofrece un profundo análisis psicológico sobre la mente caprichosa y desvergonzada de las prostitutas. La intención de Zola era equiparar el fugaz ascenso y la perversión de Naná con la condición efímera y decadente del Segundo Imperio francés. Naná llega a lo más alto de la sociedad parisiense convirtiéndose en la ramera preferida de nobles, burgueses y aventureros, llevando a muchos de ellos a la ruina económica y moral. La protagonista acapara la acción y los matices, luciendo un rol dominante comparado con el resto de los personajes. Ella es heroína y villana; víctima y victimaria; la principal agresora y la ultrajada. La novela le pertenece por entero.
El placer sexual y el apego por los lujos, los dos eslabones que hermanan a la aristocracia con el bajo mundo
Como señala Guillermo Castro, completando un cuadro de desoladora decadencia veremos a chulos, incautos, vivales, parásitos, viciosos y promotores artísticos conviviendo. Nadie se estorba, nadie se delata, pero todos pecan. Los nobles se acuestan con las prostitutas, las señoras 'bien' coleccionan amantes; los matrimonios sobreviven gracias a arreglos inconfesables, los periodistas venden fama y prestigio a cambio de posición, los misóginos esclavizan, los jóvenes se suicidan, la patria se cae y la única que saca provecho es Naná, esa desvergonzada con la que todos se acuestan. El placer sexual y el apego por los lujos son los dos eslabones que hermanan a la aristocracia con el bajo mundo. La cadena del dinero fluye exprimiendo a unos y engordando a otros, pero sin asentarse en ningún lado. El vicio y el despilfarro van de la mano.
Guillermo Castro señala que la novela se divide en 14 capítulos de nutrida extensión, presentando un estilo de narración directo y asequible. Las descripciones son apenas las justas y los abundantes diálogos facilitan la comprensión de una trama extremadamente sencilla. La única dificultad que presenta esta novela es la enorme cantidad de personajes secundarios, quienes además se mueven en escenas multitudinarias ambientadas en lugares públicos como el teatro, el hipódromo y los grandes salones. En un principio, esta abundancia de nombres podría abrumar al lector, sin embargo, no es menester identificarlos "al dedillo", pues la historia no presenta ramificaciones ni conflictos de trasfondo que pudieran complicarnos.