¿Cómo funciona la dependencia emocional?
Raquel Mascaraque, periodista especializada en marketing sensorial y psicología emocional nos habla de un término clave para las relaciones de pareja
La dependencia emocional está asociada a personas pegajosas, que no saben estar solas, un poco molestas incluso. Al final se piensa que hay que pasar de la dependencia absoluta en la infancia a la independencia absoluta de adultos. Pero una persona adulta completamente independiente puede llegar a tener una patología social y emocional. Ya sea por la soledad o falta de empatía.
Como hablamos la semana pasada, según el psicólogo Arun Mansukhani la dependencia emocional es necesaria. Somos la especie más social del planeta por lo que somos la especie más dependiente. Nuestro desarrollo ha sido social.
Me gustaría recordar este ejemplo de dependencia que creo que lo simboliza muy bien. Dependencia absoluta de la infancia hasta la independencia absoluta, pero no es así, sino que cambiamos el tipo de dependencia. Cuando somos niños, tenemos una dependencia vertical, en la que hay una persona que cuida (padre, madre) y otra que es cuidada. Y a lo largo de la vida cambiamos a una dependencia emocional horizontal: uno cuida y recibe pero también tiene que cuidar y dar. Esto se denomina interdependencia.
Pero no siempre es así, muchas relaciones adultas siguen manteniendo esa dependencia vertical: personas que quieren seguir siendo cuidadas pero no se preocupan en cuidar, o personas que están buscando alguien a quien cuidar o dominar, y esto no son relaciones sana, entre adultos debemos tener dependencia emocional horizontal.
Para tener esta horizontalidad, ¿qué hace falta?
Autonomía y la intimidad. Para conseguir esto habla de dos variables importantes. La primera es la regulación emocional, que es todo lo que haces para influir en tu estado de ánimo y tus emociones. Tenemos dos tipos de regulación emocional:
· La autorregulación: es algo intrínseco como hacer deporte, meditación.
· La corregulación: lo haces con otras personas para encontrarte mejor. Por ejemplo, te dan una mala noticia y llamas a alguien para compartirlo. Hablar con otra persona.
Hay personas que son muy buenas autorregularse pero que cuando tienen un conflicto en vez de pedir ayuda, tienden a aislarse, a alejarse, porque necesitas autorregularse antes de contactar con los demás. Pero también vemos que hay personas que son muy buenas corregulando, pero muy malas autorregulando. Cuando hay un conflicto necesitan ese contacto externo antes de intentar interiorizar. Es muy frecuente que en parejas haya un corregulador y un autorregulado. spoiler, no suele salir bien porque uno intenta huir y el otro persigue.
Es decir, que cuando hay un conflicto se co-desregulan (aparcar los problemas en vez de resolver). Pues este es el elemento central que distingue a las parejas que funcionan bien de las que funcionan mal. El conflicto no es el problema, es cómo resolvemos ese conflicto en pareja. La segunda variable importante de la que habla Arun es la seguridad emocional: cómo de seguro me siento cuando estoy solo y cómo de seguro me siento cuando estoy con gente.
Entonces habíamos dicho que para encontrar esa dependencia horizontal hacía falta autonomía e independencia. Pues bien, si puedes autorregularte y estar bien solo tienes esa capacidad de autonomía. Si puedes corregularte bien y estar bien con los demás tienes la capacidad de intimidad.
Como dice el psicólogo Mansukhani, si encuentras a una persona buena en autonomía e intimidad, cásate con ella, aunque no creas en el matrimonio, aunque sea de tu mismo sexo y tú seas heterosexual, porque personas que estén tan trabajadas a nivel emocional es muy difícil encontrarlas.
Apunta un dato que me parece muy curioso, y es que la mayor causante de las disfunciones sexuales es la ansiedad interpersonal. Y este tipo de personas no tienen por lo que suelen ser buenas parejas en la cama también. Vamos, todo ventajas eso de trabajarse a nivel emocional.
Porque no conseguimos autorregularnos o corregularnos bien. ¿Cuales son los miedos?
· Como hemos dicho, hay personas que se corregulan muy bien (es decir, en sociedad), pero tienen más problemas para la autonomía. Entonces el miedo (muchas veces inconsciente) es el de ser abandonado, ya sea real o emocional. El miedo es que te dejen de querer. Entonces estas personas se esfuerzan constantemente para que los quieran. ¿Cómo? Cayendo bien, forzando la sonrisa, siendo muy eficaces y eficientes. Olvidándose de sus propias necesidades y centrándose en las de los demás, les suele costar mucho decir que no. A este tipo de personas Arun los llama “dependientes sumisos” que es la persona que hace las tareas que no quiere hacer nadie. El autoestima depende de los demás.
· Luego están las personas que lo que les da miedo es la corregulación. Es decir, si los primeros tienen miedo a la autonomía, estos tienen miedo a la intimidad. Su miedo es ser invadidos, perder la individualidad, la autonomía. Entonces estas personas se alejan, ponen distancia. Necesitan espacio con los demás, pero también consigo mismos, es decir, piensan qué sienten menos emociones o a menor intensidad que los demás, o que el resto del mundo tenemos muchas emociones. Tardan mucho, o a veces nunca te presentan a la familia, no necesitan conocer a tus amigos. Este perfil es menos dependiente de lo que opine el resto y muchas veces se sienten culpables por sentir que no están a la altura del amor que se les demanda.
· Otro perfil que no tiene que ver con la autorregulación sino con la seguridad relacional es al que se les llama dominantes. Si los dependientes tienen miedo de ser abandonados los dominantes sienten (de forma inconsciente) la convicción de que si las personas les conocen de verdad les van a abandonar. O que no se pueden fiar de los demás porque te van a terminar traicionando, entonces entablan relaciones desde el control. Control agresivo, dominio directo, a veces es agresivo-pasivo (que no parece que están controlando). “Mamá voy a tomar una cerveza. Claro hijo, pásalo muy bien pero no llegues muy tarde que hasta que tú no llegas sabes que no puedo dormir.” O la dependencia inversa, te cuidan tanto que te hacen dependendiente.