Bilbao

En un momento de transición, marcado por la guerra de Ucrania y una de sus consecuencias, la crisis energética, se abre un nuevo libro para los gigantes de las energías. Petronor, empresa que con sede en Bizkaia aporta el 12 por ciento de los ingresos que recauda el territorio, es parte de este cambio obligado. La encrucijada es clara: cómo conseguir la autosuficiencia energética y evitar así la dependencia y el encarecimiento en los suministros.

En palabras de Norman Foster, el contexto mundial que se está viviendo es “un auténtico requiem”, Emiliano López Atxurra, presidente de Petronor, prefiere no describirlo así: “No soy partidario de hablar de requiems. Lo que está pasando se veía venir desde un punto de vista de la evolución del sistema energético por una simple razón: En estos momentos hay 7.500 millones de personas en el mundo, dentro de poco habrá 9.000 millones que quieran tener la costumbre de vivir como nosotros los europeos. Tener las fuentes energéticas para 9.000 millones de personas es muy diferente a tenerlas para 7.000. Concretamente esto es lo que está transformando el sector energético”.

Los gobiernos de todo el mundo siguen intentando adoptar medidas y  legislar esta transformación. Mañana, por ejemplo, se adoptarán en el Parlamento Vasco algunas medidas. “A mi me gusta poco el circo, el marketing y las medidas que tengan que ver con actuaciones inmediatas. Me gustan, en cambio, las medidas que conllevan una reflexión estratégica seria y abordar soluciones coyunturales, teniendo muy presente que estas son circunstanciales y no evitan a las estructurales”, ha explicado López Atxurra en Hoy por Bilbao. Y ha añadido: “Me parecen bien estas actuaciones concretas para amortiguar el impacto negativo que está sufriendo el ciudadano que no llega a fin de mes. Este impacto es un toque de atención de que la transición energética no es el mundo Disney, es pura realidad”.

Cambios en los modelos de negocio

Para efectuar este cambio en Euskadi, Gobierno y diputaciones forales han aprobado el Plan de Inversiones Estratégicas de Euskadi 2022-2024 que prevé activar casi 530 millones de euros con ayudas para las energías renovables. “Cuando Petronor lanzó y presentó públicamente en junio de 2020 el proyecto del hidrógeno, no lo lanzó por la moda, ni por los fondos europeos. Lo lanzó porque sabíamos que el hidrógeno verde es una herramienta para la descarbonización, y una idea centrada en la integración industrial y en disponer una fuente energética que vaya directamente orientada a ello. Además dota de estabilidad a algo que es inestable: la energía renovable convencional. La subvención sólo tendrá sentido para crear valor industrial, si no es capaz de hacerlo, será un brindis al sol”, ha añadido.

Emiliano López Atxurra ha insistido en que esta transición no será notoria de la noche a la mañana, “poner fechas en el calendario no tiene sentido. Lo que tiene sentido es ir trabajando día a día para que esa fecha venga lo antes posible. El objetivo es que el hidrógeno sea competitivo y esto significa que tenemos que seguir apostando tecnológicamente”; y ha confesado que la situación en Ucrania ralentizará la llegada de ese objetivo: “Ha sido un golpe geopolítico, ha mostrado la desnudez europea y nos ha transformado en una debilidad. Nos hemos pegado un tiro en el pie y en estos momentos hay un horizonte delicado porque en Europa no tenemos materias primas suficientes.

Por eso ha puesto el foco en la importancia de la inversión y la apuesta tecnológica: “Las materias primas críticas que se necesitan para las renovables ahora mismo se producen en países inestables, donde no se respetan los derechos. Por eso, cuando se habla de transición energética tenemos que ser conscientes de cuál es la geopolítica de las materias primas y concienciarnos de nuestro papel dentro de la unión europea energética”, ha concluido.