La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, han llegado este viernes a Kiev en una visita relámpago para conocer de primera mano la situación de la guerra sobre el terreno. Von der Layen y Borrell tienen han sido recibidos por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski; con el que se reunirán, así como con el primer ministro, Denys Shmyhal. Además, mantendrán encuentros por separado con otros altos funcionarios del gobierno, a los que trasladarán un «mensaje de solidaridad» de la UE con el país tras la invasión rusa. También está previsto que visiten Bucha, ciudad al noroeste de Kiev liberada de tropas rusas hace una semana, donde están apareciendo cuerpos de cientos de civiles, algunos maniatados y con signos de tortura, en aparentes crímenes de guerra durante la ocupación rusa. Desde la cuenta de Twitter del gobierno ucraniano han publicado un vídeo en el que se puede apreciar el momento en el que los dos responsables europeos han sido recibidos por Zelenski. Integra también la delegación el primer ministro de Eslovaquia, Eduard Heger, quien declinó por motivos de seguridad ir a la capital ucraniana el pasado 15 de marzo, asediada entonces por la artillería rusa, en el viaje que hicieron el primer ministro checo, Petr Fiala; su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki; el jefe de Gobierno esloveno, Janez Jansa, y el líder del gubernamental partido polaco Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczinsky. Polonia, República Checa, Eslovenia y Eslovaquia son los países cercanos a Ucrania que han acogido la mayor parte de los cuatro millones de refugiados que han huido de la guerra, aunque algunos están comenzado a volver al oeste ucraniano al haberse concentrado la ofensiva rusa en la zona del Donbás. Heger adelantó ayer que propondrá a Zelenski facilitar la salida en tren del trigo ucraniano por territorio eslovaco para ayudar a combatir el alza de precios, a través del nudo logístico de Kosice, una ciudad eslovaca cerca de las fronteras Ucrania y Hungría. El viaje coincide con la aprobación del quinto paquete de sanciones por la invasión de Ucrania, que afecta por primera vez al sector energético al prohibir la importación de carbón ruso, además de incluir un embargo de armas hacia Rusia y vetar las exportaciones de alta tecnología a ese país. Las nuevas medidas incluyen además más sanciones contra «oligarcas, actores de propaganda rusa, miembros del aparato de seguridad y militar y entidades del sector industrial y tecnológico ligados a la agresión rusa contra Ucrania», indicó en Twitter la presidencia francesa de turno del Consejo de la UE, tras destacar que este «paquete tan sustancial amplía las sanciones contra Rusia a nuevos ámbitos». Desde que empezó la guerra, hace 44 días, los Veintisiete han apoyado a Ucrania con ayuda militar, financiera y humanitaria, además de los cinco paquetes de sanciones, cada vez más duras, para intentar asfixiar la economía que sustenta la maquinaria de guerra del Kremlin. Borrell ha insistido en que Ucrania necesita «menos aplausos y más armas», y apostó por seguir presionando a Rusia con aislamiento internacional y más sanciones, también a su petróleo, que espera incluir en la lista de sanciones europeas «más pronto que tarde», y que estarán sobre la mesa del Consejo de ministros de Exteriores comunitarios del próximo lunes. Los Veintisiete dejaron claro en qué bando estaban desde el comienzo de la invasión militar rusa hace ya más de 40 días. Desde entonces y de forma coordinada con sus aliados occidentales la UE va a ir encadenando cinco oleadas de sanciones, cada vez más duras, para intentar asfixiar la economía que sustenta la maquinaria de guerra del Kremlin, y ha desbloqueado ayuda militar, financiera y humanitaria para Ucrania. La UE ha ido hasta el punto de abrir las fronteras sin cortapisas a los ucranianos que han huido de su país - más de cuatro millones, en su mayoría mujeres y niños-, a los que se les concede un régimen temporal como refugiados, que es la primera vez que activa y da derecho a permiso de trabajo, residencia, atención sanitaria y educación. Otra medida novedosa tomada por la UE ha sido aprobar el gasto de mil millones de euros en ayuda militar a Kiev para que los países puedan suministrar armas por su cuenta a cargo del Fondo para la Paz, que nunca se había usado para un país tercero. Además, la UE ha adoptado las enmiendas legislativas necesarias para permitir a los Estados miembros redirigir los recursos de varios fondos por valor de unos 17.000 millones de euros para ayudar a los refugiados ucranianos. Para tratar de captar más fondos, el día 9 se celebra en Varsovia una conferencia de donantes para Ucrania auspiciada por la Comisión Europea y Canadá. La situación en Borodianka, una pequeña localidad al noroeste de Kiev y evacuada recientemente por las tropas rusas, es «mucho más horrible» que en Bucha, según ha dicho el presidente de Ucrania, Volodivir Zelenski, a través de un vídeo. «Hay más víctimas» que en Bucha, dijo Zelenski en una alocución en un vídeo difundido esta noche en el que daba cuenta de los hechos bélicos de esta última jornada. Las redes sociales comenzaron esta noche a denunciar que en esa pequeña ciudad cercana a Kiev la situación dejada tras la salida de los soldados rusos era caótica y que a diferencia de Bucha, otra localidad ucraniana azotada por los militares, había muchos desaparecidos y no se encontraban los cadáveres, pese a los destrozos materiales causados en edificios. Según denunciaba ayer miércoles la enviada especial de Efe desde Borodianka, esa pequeña localidad había quedado devastada tras el paso de las tropas rusas, «que bombardearon y dispararon sin piedad, cuentan los vecinos, arrasando con todo y matando indiscriminadamente. Aunque nadie sabe dónde están los cuerpos». Zelenski señaló además en Twitter que la suspensión de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos que hizo esta tarde una mayoría de países de la ONU era un paso importante. «Este es otro castigo por la agresión de Rusia contra Ucrania. Agradecido por la solidaridad de los socios. Debemos continuar la presión coordinada sobre Rusia en todos los foros internacionales. ¡Obliguemos a Rusia a buscar la paz juntos!», dijo. Por otro lado, el Ministerio de Defensa indicó que los ucranianos tienen una mayor confianza en la victoria de sus Fuerzas Armadas que al comienzo de la invasión, a finales de marzo, al pasar del 70 % al 95 % el porcentaje de quienes están «convencidos» de la fuerza de sus soldado.