La escandalera de las mociones de censura va por barrios

Alicante

La escandalera va por barrios. ¿Ha cambiado algo desde que Maruja Sanchez apoyó la moción de censura del PP en el Ayuntamiento de Benidorm que llevó a la alcaldía a Eduardo Zaplana? Lo digo porque aquella moción, en el año 91, marcó el inicio de esta etapa contemporánea que se extiende hasta la que se presentó la pasada semana en Orihuela.

Son los populares, tras la ruptura con Ciudadanos, los que ponen el grito en el cielo, hablan de transfuguismo y aseguran que los socialistas hacen este movimiento para tapar sus vergüenzas en la Generalitat. Los que suscriben la moción apelan a la situación de parálisis y el bloqueo del equipo municipal.

Cuando el PP consiguió la Alcaldía de Teulada, hace poco más de un año, con dos tránsfugas del PSOE, ¿a que se imaginan cuál fue el argumento para justificarla? El mismo, devolver la gobernabilidad al municipio.

La liturgia siempre es la misma, nada cambia. Otra cuestión es que, desde que se anuncia la moción hasta que se vota, siempre se pueden comprar voluntades. Y entonces, esos ediles que eran tránsfugas se convierten en políticos ejemplares. Sucedió en la Región de Murcia, sin ir más lejos.

Por lo tanto, si nada o casi nada, si quieren, ha cambiado es porque no les interesa a las formaciones políticas. No nos engañemos y no nos dejemos impresionar por los golpes de pecho que se dan cuando pierden una vara de mando.