La Semana Santa es todo el año
Los visitantes pasan sin problemas de las piscinas a las procesiones, y aquí podemos encontrar alguna pista sobre el punto de vista adecuado
"La línea roja" de Matías Vallés (14/04/22)
Es difícil localizar el enfoque adecuado para la Semana Santa.
Conocemos de sobra el espíritu dominante en Navidad, cuando es crucial mantenerse sonriente y amigable durante al menos dos semanas.
Por lo menos, hasta que llegó la pandemia.
Simétricamente, en Semana Santa nos debería embargar la tristeza y tendríamos que sumirnos en la reflexión, pero nos asalta la impresión de que no podemos desaprovechar ninguna oportunidad de rendirnos a la alegría.
La situación se complica en Balears, donde las Semanas Santas de abril coinciden con la primera oleada de turistas, que se propagan como un virus por el archipiélago.
Los visitantes pasan sin problemas de las piscinas a las procesiones, y aquí podemos encontrar alguna pista sobre el punto de vista adecuado.
El barómetro del CIS decretaba ayer mismo que los españoles son cada vez menos religiosos, una evidencia a la que no podemos sustraernos.
Durante años se creyó que se podía circular por la doble vía de una minoría practicante y una mayoría comodona que se cristianaba y se declaraba cristiana sin cumplir con los ritos.
Como su propio nombre indica, esta disfunción no ha funcionado.
Por tanto, quizás la postura ideal consiste en una felicidad contenida, con nostalgia de las Semanas Santas tristes.
Y si nos equivocamos no pasa nada porque, entre pandemias, inflaciones y guerras, todo el año es Semana Santa.