'El hombre del norte', la salvaje y mística venganza vikinga que inspiró 'Hamlet'
Robert Eggers, uno de los autores con más proyección del cine de autor americano, se embarca en una superproducción de gran presupuesto con Alexander Skarsgård, Nicole Kidman y Anya Taylor-Joy de protagonistas. El resultado es una tragedia clásica revestida de acción, sangre y mitología.

Alexander Skarsgård protagoniza 'El hombre del norte' / Aidan Monaghan / © 2022 Focus Features, LLC / Aidan Monaghan

Madrid
Robert Eggers se ha ganado ser uno de los autores mimados en el circuito independiente. Debutó con 'La bruja' en 2015, un pequeño fenómeno que lo colocó en el mapa del cine de género, y con 'El faro', su segunda película presentada en Cannes, confirmó que era uno de los cineastas emergentes más interesantes. El director americano ha logrado crear un universo propio desde el terror, el thriller psicológico y lo fantástico. Una mezcla que siempre nace de narraciones históricas, leyendas y mitos de siglos pasados.
'El hombre del norte' es su proyecto más ambicioso. Una película de estudio con un presupuesto de 90 millones de dólares para crear, desde la autoría y su particular lenguaje visual, una colosal historia de vikingos a partir del relato que, dicen, inspiró el Hamlet de Shakespeare. "Me avergüenza admitirlo porque he dirigido y actuado en ‘Hamlet’ y mi padre es profesor experto en Shakespeare. Hace unos años no estaba interesado en hacer una película de vikingos, pero cuando descubrí este mito de Amleth, me di cuenta de que podría ser un buen armazón para una película. Todo el mundo conoce las historias de Hamlet o de reyes, así que podía darme el gusto de sumergirme en la mitología y cultura vikinga sin espantar a la audiencia", reconoce en el podcast oficial de la película.
La historia es simple y conocida. Una tragedia clásica sobre un príncipe nórdico que busca venganza tras el asesinato de su padre a manos de su hermano. Un rey bastardo y un sobrino desterrado y dado por muerto que promete volver años después para recuperar su sitio. Para desarrollar la cinta ha contado con todo un equipo de expertos, desde arqueólogos a historiadores, que también dan pistas del tono que buscaba Eggers. El guionista Sjón, autor del libreto de 'Lamb', cinta premiada en Cannes y Sitges, y los productores de 'Hereditary' y 'Midsommar' acercan este relato al terror rural y pagano, pero Eggers va mucho más allá en la combinación de géneros y su obsesión por el rigor histórico. Su intención es despojar a la imaginería vikinga de todas las licencias que se han tomado las series en los últimos años.
"No sé si he hecho la película definitiva de vikingos, pero desde luego era mi intención. Por eso necesitábamos tener embarcaciones navegando de vuelta a casa, un funeral vikingo… todas esas escenas que pensaría la gente si dices vikingos pero de una manera que nunca antes hubieran visto. Mi forma de crear algo nuevo es volver al pasado y hacer un investigación exhaustiva y ser lo más preciso históricamente. Hay elementos, como los cuernos o los cascos, que han reinventado a los vikingos en la cultura pop, y lo agradezco porque ha aumentado el interés en esta historias en series o videojuegos, lo que ha hecho que se pueda financiar esta película, pero esos líderes locos y esas cosas fantásticas son una completa invención", explica.
El sueco Alexander Skarsgård, conocido por series de televisión como True Blood o Big Little Lies, protagoniza y también produce esta superproducción. De hecho, fue él quien convenció a Eggers para embarcarse en este proyecto. El actor, que ya sabe lo que es ir en taparrabos y lucir músculos como demostró en Tarzán, se convierte en una bestia dominada por la ira y el odio que busca venganza entre ritos, apariciones místicas y baños de sangre. "Uno de los aspectos importantes era hacer reales para el protagonista todos los elementos supernaturales de la película. Para una audiencia de 2022 son elementos fantásticos, pero no podía parecer inusuales para alguien que vivió durante la edad vikinga. Era importante entender la relación con la naturaleza y los espíritus porque todas cosas en la película son naturales para él. Creer en eso no era una opción, así que tuve también que reeducarme a mí mismo y de forma más profunda sobre todo lo que hay detrás de la mitología nórdica", confiesa.
Le acompañan en el reparto Ethan Hawke, Nicole Kidman y también la cantante Björk en su regreso al cine 20 años después como una vidente que le recuerda al protagonista su destino. Eggers vuelve a contar con dos de sus actores favoritos. Willem Dafoe, con el que trabajó en El faro en ese oscuro descenso a la locura, y con Anya Taylor-Joy, cuyo papel en La bruja le abrió muchas puertas hasta ser la estrella que es hoy. La actriz es una especie de bruja, sometida como esclava, que se rebela como una sensual hechicera capaz de aplacar la furia de los hombres.
El despliegue técnico es impresionante. Eggers crea una atmósfera mugrienta, oscura y primitiva en la que combina, sin el ritmo de un blockbuster, la coreografía de la violencia, los elementos fantásticos y la inmensidad del paisaje. Para ello, ha reunido de nuevo a su equipo de confianza, con el director de fotografía Jarin Blaschke a la cabeza. Hay una espectacular batalla rodada con una sola cámara, planos secuencia y escenas casi pictóricas sin apenas uso de recursos digitales que se mezclan con los habituales pasajes lisérgicos que transforman a los personajes.
"Me gusta explorar quiénes somos y dónde vamos a partir de donde venimos. Lo más estimulante para mí es leer historias sobre gente que no piensa como yo y se comporta como nunca me comportaría yo, e intentar entrar en su cabeza y llegar a un lugar que me haga pensar qué haría. Desde ahí podemos llegar a un lugar contemporáneo. Cuando intento contar historias que tienen lugar en el pasado, me obsesiono con recrear el mundo material, el mundo físico. Es muy divertido pero lo más interesante es intentar articular que había en sus mentes. Cuando veo películas históricas que imponen modelos modernos siento que lo sirven en bandeja y no llevan a nada. Pero mirándolo de esta manera, espero que nos podamos mirar a nosotros mismos a través de los distintos espejos que son el pasado", cuenta Eggers sobre su interés por la parte psicológica, las lecturas actuales y la mitología que, en este caso, conviven con acción a lo bestia.
'El hombre del norte' es además toda una experiencia física, cruda, violenta y llevada al extremo, donde se funden todos los elementos -agua, tierra y fuego - en una inmersión también alucinógena en esa época. "Realmente disfruté de ser empujada a este extremo en lo físico y no parecer necesariamente alguien que está perdida en este entorno. Recuerdo que pasamos horas en el mar de Irlanda en octubre, y todo el mundo estaba en plan, 'puedo salir del agua', y yo estaba totalmente metida en el papel, me decía esto es asombroso, es el mejor tiempo de mi vida… - risas- Yo creo que ayudó bastante pasar por eso, estar en una situación y vivir la historia de esa manera", bromea la actriz, encantada de volver a trabajar con el director que, dice, le cambió la vida.
Rober Eggers expande así su universo con esta tragedia clásica revestida de elementos clave de su cine, lo fantasmagórico, lo espiritual, la locura y la violencia van de la mano en esta poética y salvaje incursión en la mitología vikinga. Es un milagro que exista una película así, imperfecta, con un guion irregular y con un montaje que ha provocado desavenencias creativas entre el director y el estudio, pero con vocación de atraer a un gran público, o al menos tomar el riesgo de intentarlo, sin desdibujar la autoría.

José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...




