El 'Laja' utilizó una llave de arte marcial para acabar con la vida de Adoración
Los forenses confirman que la víctima sufrió una violencia extrema por parte de su agresor
Santa Cruz de Tenerife
Los forenses han confirmado la violencia extrema con la que El Laja asesinó a Adoración en la habitación 306 de la pensión Padrón. Dos datos han quedado claros: por una lado el acusado tiene un amplio historial de violencia contra mujeres por las que ha sido condenado, y por otro que sabía en todo momento que iba a provocarle la muerte. Solo un ejemplo de ello, es la complexión muy frágil de la víctima de 43 años quien medía un metro cuarenta y cinco centímetros frente a la corpulencia y extrema fuerza del agresor. Del mismo modo ha quedado acreditado que el acusado utilizó una llave marcial denominada 'mataleones' consistente en agarrar con las manos el cuello de la víctima hasta provocar la fractura del hueso hioides.
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De esta forma, Adoración no tuvo posibilidad alguna de defensa y su agresión fue extremadamente violenta y además con ensañamiento ya que se encontraron en el lugar del crimen varias cuerdas que fueron utilizadas para inmovilizar a la víctima. Otro aspecto fundamental ha sido la foto que el propio acusado sacó al cadáver de la víctima con su teléfono móvil y que borró posteriormente. La recuperación de la imagen sitúa al "Laja" en el escenario minutos después de consumar el asesinato. En este sentido, la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) recurrió al miembro del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Andrés Asensio, quien ´mediante la utilización de algoritmos e inteligencia artificial logró recuperar toda la información gráfica que sirvió a la postre, como prueba principal del caso. Así las cosas se despeja la duda sobre si se trató de un homicidio o un asesinato y será ya el Tribunal de jurado quien alcance el veredicto y la magistrada dicte la sentencia. La fiscalía mantiene la petición de los 25 años de prisión.
Cabe recordar que el asesinato de Adoración se produjo antes del crimen por el que en estos momentos cumple condena el acusado en el centro penitenciario Tenerife II después de que se considerara probado que el "La Laja" torturó hasta la muerte a un ex militar en la habitación 306 de la pensión Padrón y cuyo cadáver fue ocultado por más de un año entre los colchones de la cama de la habitación. En el caso de Adoración, el crimen se cometió en la misma habitación un año antes, pero esta vez el cuerpo de la víctima fue enterrado en un petate en el barranco Santos hasta que fue descubierto por unos jóvenes siete años después.