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No hay comisión que lo pague

Luis Rubiales, Gerard Piqué y el heteropatriarcado en Arabia Saudí

Gerard Piqué, futbolista español que juega como defensa en el F. C. Barcelona. / David S. Bustamante/Soccrates

Madrid

Si el tiempo, como dicen, es un aliado de la justicia, algún día las escuelas femeninas de Arabia Saudí lucirán en su entrada sendas estatuas de Luis Rubiales y Gerard Piqué en agradecimiento al noble esfuerzo que los dos han hecho por la liberación de las mujeres en ese país.

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De esa forma, cuando una madre acuda al colegio a dejar a su hija podrá decirle mientras se los señala: “Mira, Azahara. Gracias a estos señores los estadios de fútbol tienen baños para chicas”. Y es posible que la niña, mirando a Piqué no muy convencida, le conteste: “Dice, mi amiga Haifa, que a cambio se llevó una comisión de 24 millones de euros”. A lo que la madre responderá: “Sí, se la llevo. Pero ahora podemos ir al estadio cuando tenemos cististis. Eso no hay comisión que lo pague. Haifa no lo valora porque es del Madrid”.

Y tendrá razón. Parece que a algunos les cuesta reconocer que Piqué, a cambio de esos 24 millones, ha entregado altruistamente un preciado bien: su imagen de triunfador algo sobrado que no necesita nada porque lo tiene todo. Ahora hemos descubierto que esa estampa no se correspondía con la realidad. Piqué solo era rico en euros pero pobre en favores. Y, así, le hemos oído mendigarlos a un Rubiales que atribuía la obtención ilegal de esos audios a una cacería contra él. ¿Quién puede estar detrás? Rubiales no lo dice pero yo sí: el heteropatriarcado que no soporta su incansable labor en favor del feminismo. ¡Ánimo, Luis! Sé fuerte.

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