Primer día de cole sin mascarillas

Vitoria

La jornada de vuelta a las aulas -de algunos centros educativos alaveses- tras las vacaciones de Semana Santa ha estado marcada por la no obligatoriedad de llevar mascarilla en el interior de los centros, una situación que muchos esperaban como agua de mayo después de dos años usando la protección en las aulas. No obstante la mañana ha estado marcada por cierta cautela y actitud expectante. "Él la trae y luego vemos", decía una mamá de Ángel Ganivet. Algún que otro txiki confesaba sentirse un poco raro con el cambio y en unas cuantas mochilas se han metido provisiones de tapabocas "por si acaso".

En el cole de Santa Lucía un grupo de madres comentaban que sus hijas habían celebrado -incluso desde hace días- el regreso a clase sin mascarilla. Había ilusión por ver la cara de la andereño que no habían contemplado nunca por completo o la de algún que otro compañero o compañera de clase, también alivio por poder respirar un poco mejor o por poder juntarse con cualquier niño o niña, toda vez que también se han roto los grupos burbuja.

Carlos Mendaza, profesor de Primaria de Marianistas, ha contado en su primera clase 5 -de 25 alumnos y alumnas- sin mascarilla. Tras la hora de patio, las cifras se han invertido: solo 5 mantenían el tapabocas.

Un 15-20% de alumnado del campus de Molinuevo de Egibide también ha mantenido la mascarilla en este primer día de cambio de normativa. Lo comentaba Mikel Aguirre, coordinador de FP del centro, que explicaba que han querido remarcar al alumnado la importancia de respetar al resto de compañeros y compañeras, independientemente de la decisión que hayan tomado de llevar o no llevar la mascarilla por la razón que sea: por miedo, por convivir con personas vulnerables. "Esto aún no ha terminado" -decía Aguirre- "y cada uno tiene que actuar con sentido común y valorar". Aguirre destacaba, además, la necesidad de vigilar cómo evolucionan las cosas y de incidir más si cabe que nunca en la ventilación de los espacios compartidos.

Y desde la Cooperativa de Salud Ediren, la pedagoga Iratxe Ortiz de Orruño habla también de respeto como clave en todo este proceso y de la importancia del papel de los adultos en la vigilancia del comportamiento de peques y adolescentes. Hay que dar tiempo para adaptarse a la nueva situación pero también estar atentos a si se produce un rechazo a quitarse la mascarilla por razones vinculadas a aspectos emocionales, a complejos y, en su caso, recurrir a ayuda especializada.