La marinera ¿cartagenera?
Juan Manzanares nos acerca historias desconocidas de Cartagena y su comarca
La marinera ¿cartagenera?: Historias desconocidas con Juan Manzanares
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Cartagena
Juan Manzanares nos habla del "origen cartagenero" de la marinera en su espacio en Hoy por hoy Cartagena, sobre las historias desconocidas de la historia conocida de Cartagena y su comarca.
Sé que estoy entrando en terrenos pantanosos cuando hay distintas versiones en litigio. Y, como todo es relativo, hay que ir al fondo del asunto.
Estoy hablando de la tapa por excelencia, suficientemente conocida y llamada MARINERA.
Decimos que, todo es relativo porque, si nos vamos al diccionario de la RAE, vemos que, los términos: QUE, QUIEN, CUANDO y DONDE, son, los dos primeros, pronombres relativos y, los dos últimos, adverbios relativos.
Lo que decía, todo es relativo.
Estamos en CARTAGENA, a finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado y, una zona muy determinada, cercana al Puerto, al Cuartel de Instrucción de Marinería y al Arsenal, recogía cada dos meses la incorporación de aproximadamente, unos mil marineros de reemplazo, además de las tripulaciones y dotaciones de los barcos y distintos establecimientos de la Marina Española que, cuando salían de paseo, por estar francos de servicio, paseaban y consumían por los bares de la zona. Estamos hablando de, la Plaza de José María Artés; la Calle Bodegones; la Calle de San Agustín; la Plaza del Rey; la Calle Mayor; etc.
En esas calles y plazas existían bastantes bares, pubs y casas de comida donde se comía o tapeaba muy bien, yo diría que bastante bien y, a un módico precio.
Y los establecimientos de entonces eran bastante conocidos por aquella marinería de reemplazo y, como no, por todos los ciudadanos de aquella época.
Recordemos, entre otros, El Rincón de Pepe; La Obrera; El Mesón; El Papas; La Cazuela; El Pico Esquina, etc.
Ya hemos definido CUANDO: Finales de los 70 y principios de los 80 y, también, DONDE: Aledaños del Cuartel de Instrucción, Arsenal y Puerto.
El QUÉ es obvio. Es nuestra MARINERA y, el QUIEN, es decir, quien dio nombre a esta espectacular tapa, está claro, la MARINERÍA destinada en Cartagena.
Pero vamos a investigar, para no caer en fallos o errores garrafales que anulen este estudio de investigación.
Previamente, es necesario dejar claro que, este estudio se ha tenido que realizar porque bastantes amigos míos procedentes de distintos puntos de España, durante los últimos tiempos me han preguntado por ese bocado tan exquisito llamado MARINERA MURCIANA.
Yo, les he torcido el gesto al puntualizarles que, la MARINERA ES CARTAGENERA y, ellos me han afirmado que, por ejemplo:
El Restaurante Puerta de Murcia de Churra, una Pedanía de Murcia, en su publicidad dice: ¿No habrá algo más murciano que tomarse unas marineras murcianas frente a la Catedral?
Y, la página DIRECTO AL PALADAR, en su Gastro Guía dedicada a la ciudad de Murcia, comenta que, la Marinera es la tapa murciana por antonomasia.
Y, el portal Bon Viveur, dedicado a los amantes de la gastronomía, comenta que, “las marineras murcianas son las tapas mas conocidas de la ciudad de Murcia”.
Hace unos pocos años, estuve en la zona de Gerona, concretamente en L´Scala, una encantadora población costera que, por cierto, les recomiendo que la visiten, les sorprenderá, donde tienen unas anchoas que, no tienen nada que envidiar a las anchoas del Cantábrico y, encima es donde nos encontramos con Ampurias, población que fue griega y romana, un magnífico enclave mediterráneo de aquellos tiempos que, les recordará a nuestra Cartagena, pero vamos a lo que nos interesa.
En L´Scala, además de descubrir sus magníficas anchoas, descubrí, además, que aquella población había descubierto la Marinera.
Allí está afincada la empresa Conservas Serrats, dedicada a fomentar la buena cocina y, encuentro en su página que hacen referencia a la Tapa Marinera, de Cartagena, donde dice lo siguiente:
Tapa marinera de Cartagena. Uno de los bocados más típicos de esta ciudad que consiste en una crujiente rosca alargada cubierta con ensaladilla rusa y un filete de anchoa. ¡Un clásico delicioso que siempre triunfa!
Además de la tapa marinera, en Cartagena también es típico el marinero, que sustituye el filete de anchoa en salazón por uno de boquerón. Y la bicicleta, solo con ensaladilla, sin anchoa ni boquerón.
Y, como comprenderán ustedes, no he necesitado más.
-He comido en el restaurante de Churra “Puerta de Murcia” y, nada que objetar de su cocina ni de su carta.
La página “Directo al Paladar” presenta unos estupendos menús. Nada que objetar.
y, el portal “Bon Viveur”, es una de tantas páginas existentes en mostrar productos, recetas, restaurantes, con buen criterio. Nada que objetar.
Pero, me da la impresión que, algunos se miran mucho el ombligo. La gente encargada del márketing de determinadas empresas no conocen muy bien su oficio y, con las orejeras puestas, no miran alrededor.
¿Qué trabajo cuesta reconocer el origen de algo?
Pienso que ninguno, si está suficientemente demostrado.
Y, es lo que se pretende con este artículo.
¿Cuál ha sido la línea de investigación?
En primer lugar, contactar a través de conocidos, con los profesionales que, aun siguen, de aquellos locales mencionados al principio de este estudio y, hablar con ellos, indagando sobre el término MARINERA.
Y, acerté con esa línea de investigación.
Entre las personas que he podido contactar, me he encontrado con antiguos empleados del Bingo de la Calle Mayor o, del Bar del Casino, llamado en aquel tiempo, “La Cazuela”, de los primeros trabajadores que tuvo “El Pico Esquina” cuando abrió allá por el año 1982. Pepe y Valentín Delgado en la Sala y Carmelo en la cocina. Por cierto, Valentín, que es de Barcelona, regenta actualmente el Bar Calatrava, de la calle Almirante Baldasano, frente al Corte Inglés y, me confesó que, le tocó hacer la mili en la Marina y fue destinado al Submarino S61, “DELFÍN”, pero, se enamoró de esta ciudad quedándose aquí, y se casó con su novia de toda la vida, afincándose en Cartagena.
Pero vamos a lo que importa.
Hagamos un repaso, no exhaustivo, por las cartas de los restaurantes mencionados.
–CATALÁN. – Cuando los marineros de reemplazo catalanes pedían su pan, tumaca i pernil, (es decir, pan con tomate y jamón), al final, aquellos camareros e, incluso, los clientes, cambiaron el nombre de “pan con tomate y jamón”, como un catalán.
-MALASOMBRA. – Jamón, hueva y aceite de oliva. Parece que, a priori la mezcla de jamón y hueva tiene algo de malasombra, pero no, todo lo contrario. Es cuestión de márketing.
Y, el GLORIA BENDITA, que está formado con tocino, ajos tiernos y aceite de oliva. Nada que decir. Tocino con ajos tiernos es gloria bendita. Han acertado en el nombre.
Es obvio que, el origen de la MARINERA es parecido al de los montaditos anteriormente nombrados, pero sigamos.
De testimonios totalmente fiables, tanto de camareros de aquellos tiempos como de marineros de entonces que, por cierto, en Cartagena somos unos cuantos, les cuento lo siguiente:
Un grupo de marineros de la base de submarinos de entonces, estaban almorzando en uno de esos locales mencionados y, normalmente pedían una ración de ensaladilla rusa y unas cuantas roscas de pan (las de toda la vida), con las que, a modo de cuchara cogían una porción de ensaladilla rusa.
Un marinero llegó con cierto retraso y, sus compañeros ya habían dado cuenta del manjar. Se dirigió al camarero y, le pidió que, en una rosquilla le pusiese una porción de ensaladilla y, este camarero al ver la cara de ganas de ese chico así hizo y, para contentarle, le colocó encima una anchoa.
Lo que fue un hecho, se transformó en leyenda, dando lugar a la creación de nuestra magnífica y exquisita tapa, LA MARINERA.
Mi conclusión es, que queda registrado que, el adjetivo calificativo, sea el apropiado, es decir, MARINERA CARTAGENERA.
Y, si hay que ponerlo negro sobre blanco, pues se pone. la MARINERA es CARTAGENERA.
Quizá sería conveniente solicitar que, la MARINERA CARTAGENERA se declarada Patrimonio CulturalInmaterial de Cartagena.
EFEMÉRIDES SEMANA DEL 25 DE ABRIL AL 1 MAYO
El 26 de abril de 1620, entra una barca con 44 bonitos y el Regidor-Comisario de la Pescadería ordena que se guarden en el almacén para proceder al reparto al día siguiente. Al llegar el día siguiente el Regidor, se encuentra que los pescadores han vendido treinta y sólo les quedan catorce. El Regidor hace meter en la cárcel a los pescadores y reparte los catorce bonitos entre sus compañeros de Cabildo. Aquí vamos de pillo a pillo.
Y, al día siguiente, con motivo del acto cometido por el Regidor-Comisario de la Pescadería, se produjo gran indignación entre la gente de la pesquera, y es tan grande dicha indignación que no sale ningún barco a pescar para protestar por dicho acto.
Día siguiente, 28 de abril y, tampoco hoy salen los pescadores a faenar y, corre el rumor que así seguirán mientras no sean puestos en libertad los pescadores presos.
Por la tarde, el Alcalde ordena que sean puestos en libertad. Menos mal, al final se arregló el asunto.
Estamos en el 27 de abril de 1677, y ante la necesidad de la ayuda divina para superar una grave epidemia, se decide pedir ayuda al patrón de la ciudad, pero, se cae en la cuenta de que nadie sabe quién es, por lo que se decide echarlo a suertes. Se introduce en un recipiente varios nombres de santos. Se extrae una papeleta y sale San Ginés. No debieron quedar muy convencidos cuando volvieron a echar la papeleta y repitieron la operación. Volvió a salir San Ginés. No conformes con ello, se repitió la operación y de nuevo volvió a salir San Ginés, quedando todos conformes de que fuese San Ginés quien intercedería por los cartageneros como Patrón de la ciudad. Ginés Arleratense, llegó a nuestras costas en el año 800. Se albergó en un monasterio de frailes Agustinos, que por aquellos tiempos era conocido como el Monasterio de San Laures, y una vez repuestas sus energías residió en la Ermita de los Ángeles construida por él mismo con sus propias manos en el vecino Monte Miral.
Y, el 29 de abril de 1677, dos días después, reunido el Cabildo de Cartagena se reconoció como Patrono de la ciudad a San Ginés de la Jara. Dicho reconocimiento fue aprobado por el obispo Don Francisco de Borja, el cual emitió un decreto el 1 de mayo de 1677 declarando día de precepto en la ciudad el 25 de agosto, San Gines de Arles (San Ginés de la Jara) pasando a ser éste Santo el copatrón de la ciudad.
El 26 de abril de 1848, es sorprendido el sepulturero municipal desenterrando los restos de Salvador Villalba, fallecido recientemente, confesando que lo hacía con la intención de extraerle la grasa o el saín. Se le condena con todo el rigor de la ley. Vaya tela.
Y, el 25 de abril de 1943, en el seno de la Cofradía Marraja tiene lugar la primera procesión del Cristo Resucitado con la imagen realizada por el escultor murciano Juan González Moreno que, ante la incredulidad de los cofrades provocó recelos en el arcipreste, que se negó a bendecirla porque decía que la imagen parecía estar bailando. Algo que le valió inmediatamente los apodos populares de “Tiro tiroriro” y “Rascayú”, dos bailes de moda en la época que le colocaron los cartageneros.