Ser madre, ¿misión imposible?

Madrid

Todas las madres no son iguales. Pregunten a cualquier mujer que haya pasado por la experiencia de serlo y les contará mil historias, si no era porque no tenía trabajo, era porque el embarazo fue atravesado, sino porque el embarazo fue bien, pero el parto fue como el de la burra, sino que teniendo trabajo, dinero y amor, no tenía tiempo para cuidar de su progenitura.

En Maternidades Precarias, la periodista Diana Oliver (Madrid, 1981) cuenta su experiencia. La de ser la mamá de dos : Mara y Leo. Dos que la llaman mamá y que llegaron en momentos en que no venía bien llegar ¿pero cual es el mejor momento en nuestra sociedad actual? Ella cuenta en su libro que 'no somos sino corredores de fondo, que saben que no hay otra meta que alcanzar que desfallecer en el sofá cuando llega la noche y ellos duermen'. Ella es autónoma, tiene su propia empresa de comunicación, junto con su pareja. Dice sentirse cansada, agotada; tanto física como mentalmente. Apunta que carecer de una situación económica estable, poder asumir el pago de una vivienda, tener un trabajo precario y no contar con una red de apoyo marca la manera de vivir la maternidad con angustia, agotamiento y mucha precariedad. Las condiciones materiales definen la dignidad con la que se pueda criar a los hijos. Un asunto que lejos de ser un privado ha de convertirse en una cuestión colectiva ya que, según ella, no se ha preguntado nunca cuales son las necesidades de las madres, aunque a muchos se les llene la boca con discursos en los que se habla de conciliación, cuando en realidad están hablando de productividad.

Ella no sabe cual es la solución a todo esto, lo que sí tiene seguro es que la primera cuidadora y educadora de un futuro ciudadano es su madre, esto se da por sabido y aceptado, pero no se le da la importancia que tiene.