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Los obispos portugueses abren sus archivos a la comisión independiente que investiga los abusos a menores

La Conferencia Episcopal Española aún no ha aclarado si todas las diócesis darán sus documentos al despacho de abogados al que ha encargado una auditoria ni tampoco si colaborará directamente con el Defensor del Pueblo

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Madrid

La Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) da un importante paso para esclarecer los abusos a menores. En la Asamblea Plenaria, que ha reunido desde el lunes y hasta hoy a todos los obispos portugueses en Fátima, se ha acordado abrir los archivos de las diócesis a la comisión independiente que investiga los casos de abuso en este país y que coordina el psiquiatra infantil, Pedro Strecht. La comisión ha designado al historiador Francisco Azevedo Mendes de la Universidad de Minho, con sede en Braga, para que, junto a un equipo de historiadores y archiveros, se encargue de esos trabajos.

En un comunicado la Conferencia Episcopal Portuguesa informa de que en la Asamblea Plenaria de estos días "estuvieron presentes todos los miembros de la Comisión Independiente para el Estudio de los Abusos Sexuales contra Niños en la Iglesia Católica Portuguesa, cuyo coordinador, el Dr. Pedro Strecht, designado por la Conferencia Episcopal, constituyó de manera autónoma un Equipo de Historiadores y Archiveros, encabezado por el Prof. Dr. Francisco Azevedo Mendes (Universidad de Minho) para estudiar este drama en la vida de la Iglesia, con el objetivo de llegar, al esclarecimiento y verdad de los hechos a través del estudio de los Archivos Históricos existentes en cada Diócesis, en un trabajo de colaboración y confianza mutua con cada Obispo Diocesano". El texto añade que "en cuanto al estudio de los archivos históricos, la Conferencia Episcopal Portuguesa y la Conferencia de Institutos Religiosos de Portugal reiteran su interés en colaborar con la Comisión Independiente y el Equipo designado por esta, respetando el Derecho Civil, el Derecho Canónico y el Reglamento General de Protección de Datos".

Los miembros de la comisión independiente portuguesa presentaron en Fátima a los obispos el trabajo realizado hasta ahora y les pidieron que las instituciones eclesiásticas, y la sociedad civil, difundan más ampliamente la investigación para animar a más victimas a denunciar. Desde que se puso en marcha la investigación a mediados de enero han recibido 315 denuncias entre otras vías a través del correo geral@darvozaosilencio.org.

Durante su discurso inaugural ante la Asamblea el Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, José Ornelas, pidió perdón a las víctimas: "a las personas que han pasado por la dramática situación de abuso, reafirmamos nuestro pedido de perdón, en nombre de la Iglesia Católica, y nuestro compromiso de ayudar a sanar las heridas". Pero no se quedó ahí. Ornellas agradeció el valor de quienes habían denunciado casos "también queremos dejar una palabra de profundo agradecimiento a quienes ya se han acercado a nosotros para contarnos su dura historia, venciendo comprensibles resistencias interiores, ciertamente marcadas por profundas heridas" y animó a quienes aún no lo han hecho a dar el paso ofreciéndoles su apoyo y reparación: "Al mismo tiempo, animamos a las personas que todavía están buscando el momento más adecuado para hablar de lo que nunca debería haber pasado en sus vidas a que lo hagan. Estamos contigo: te acompañamos en tu dolor, queremos ayudar a repararlo y haremos todo lo posible para prevenir situaciones como las que tuviste que enfrentar".

El Presidente de los obispos portugueses anticipó en su discurso la importancia que los abusos iban a tener en la reunión de Fátima "este tema no está cerrado y tendrá un lugar destacado en los trabajos de la Asamblea que ahora se inicia, exigiendo un seguimiento activo y cuidado para poner en práctica procesos y actitudes que defiendan la integridad, la dignidad y el futuro de todas las personas, en particular de los niños y niñas. en situación de fragilidad, en la Iglesia y en la sociedad". Además insistió en la necesidad de reparar a las víctimas como parte de su misión evangélica: "como Iglesia sentimos el imperativo del Evangelio que proclamamos y que implica la promoción de una cultura del respeto y de la dignidad que favorezca el sano desarrollo de cada persona y ayude a sanar las heridas que quedan abiertas".

La disposición de clara colaboración de la iglesia portuguesa y las palabras de Ornellas contrastan con la actitud defensiva de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y el tibio discurso de su presidente, el Cardenal Juan José Omella, que celebran también desde el lunes su Asamblea Plenaria. La iglesia española aún no ha aclarado si todas las diócesis darán acceso a los archivos al despacho de Abogados Cremades y Calvo Sotelo al que ha contratado para hacer una auditoria sobre los casos de abusos. El presidente del buffete, Javier Cremades, aseguró en una rueda de prensa el pasado 6 de abril que: "Tenemos la promesa del acceso y ahora tenemos que tener la entrega de los datos. Hemos explicado ya cómo los vamos a solicitar y los hemos empezado a solicitar. Tengo la confianza de que los vamos a tener . No sé si el 100%..." La CEE tampoco ha confirmado si va a colaborar con el Defensor del Pueblo al que el Congreso ha encargado un informe sobre los abusos. Los obispos quieren conocer los objetivos y el formato de esa investigación a la que Ángel Gabilondo les ha invitado a participar y que todavía debe designar la comisión de expertos para que le asesore.

Durante la inauguración de la Asamblea este lunes, el Cardenal Omella volvió a pedir perdón a las victimas: "La Iglesia manifiesta su profundo dolor y vuelve nuevamente a pedir perdón por los delitos cometidos por hermanos nuestros". También presentó la auditoria encargada al despacho Cremades y Calvo Sotelo como un pasó más en el compromiso de la iglesia española en la lucha contra los abusos a menores : "Con este paso se añade transparencia, rigor técnico y consistencia jurídica a la hora de abordar un drama que para la Iglesia es lacerante, y por ello reitero nuestra humilde petición de perdón por cada caso, y quiero subrayar una vez más que las víctimas son nuestra prioridad absoluta". Omella, sin embargo, diluyó la responsabilidad de la iglesia destacando que los abusos a menores no sólo se dan en las instituciones religiosas: "El drama de los abusos sexuales es una auténtica lacra social que requiere un análisis completo y un buen diagnóstico, libre de demagogias y sectarismos ideológicos". El cardenal comparó los abusos con la esclavitud ante la que también faltó una reacción social general: "Ha sucedido como pasó con el drama de la esclavitud, cuando la sociedad tardó muchísimos años en tomar conciencia de esta práctica terrible, denigrante y que tanto sufrimiento ocasionó a tantos hermanos y hermanas nuestros. Un drama que, si bien ahora somos conscientes, continúa hoy vigente con multitud de formas diversas de trata de personas, particularmente con el comercio sexual de muchas mujeres y niños".

El portavoz, Luis Argüello, comparece mañana en rueda de prensa para informar del resultado de la Asamblea Plenaria.

 
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