Cuéntame lo que te pasa: el Teléfono de Prevención del Suicidio recibió en su primer mes 130 llamadas
Abrimos un nuevo capítulo de Profunda mente en La Ventana sobre suicidio, aprendemos sobre el Teléfono de Prevención del Suicidio, gratuito y operativo las 24 horas, todos los días del año
Cuéntame lo que te pasa, el Teléfono de Prevención del Suicidio
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Madrid
En agosto de 2020 el Ayuntamiento de Barcelona, en colaboración con la Fundació Ajuda i Esperança, activó el 900 92 55 55, el Teléfono de Prevención del Suicidio, gratuito y operativo las 24 horas, todos los días del año
Tras lo peor de la pandemia, y ante el incremento de problemas de salud mental, el Ayuntamiento de Barcelona decidió acelerar la puesta en marcha de una de las herramientas previstas en su plan de choque en salud mental: un número de teléfono gratuito y disponible a cualquier hora, todos los días del año, destinado a prevenir el suicidio. En su primer mes de funcionamiento, en agosto de 2020, recibieron 130 llamadas.
El 900 92 55 55 está atendido por voluntarios formados por la Fundació Ajuda i Esperança. Los voluntarios tienen que ser mayores de 25 años, tener una buena salud emocional y haber estado un mínimo de 60 horas en el Teléfono de Esperanza. Además, reciben formación especializada y continuada, y asesoramiento psicológico.
¿Quién llama?
Entre los usuarios del teléfono hay personas con ideación o pensamientos suicidas, otras que lo han intentado previamente y también hay familiares y allegados de personas con comportamiento suicida o supervivientes. Un 12% de las llamadas son silenciosas: el usuario llama, se queda callado y cuelga.
La mayoría de las llamadas son de mujeres, y la edades más frecuentes son las comprendidas entre los 30 y 69 años, seguidas de los jóvenes. Un 5% son personas mayores de 70 años y algo más de un 2% corresponden a menores. El día con más llamadas es el lunes. Hay dos picos horarios diarios: al mediodía y a partir de las diez de la noche.
Los motivos
Más información
Enric Armengou es psiquiatra y voluntario dos noches al mes, en turnos de diez horas. Él percibe un aumento de llamadas de jóvenes de menos de 28 años. Fueron el 26% de las más de las 5.780 llamadas recibidas el año pasado. "La ansiedad social, la dificultad de pertenencia y la sensación de incertidumbre en la juventud ahora es inmensa", asegura.
Y añade: "Los adolescentes están hiperconectados, pero hipersolos. Para muchos chavales su vida social es a través de un juego en línea, pero ni se tocan ni se ven y esto creo que hace daño. Cuando un chaval está aislado y tiene una inquietud, si no la comparte, o la minimiza y se pudre, o se hace más grande y también se pudre".
A la espera de la puesta en marcha del 024, el teléfono estatal, que tiene que estar en funcionamiento en mayo, este número, financiado por el Ayuntamiento de Barcelona, recibe llamadas de toda España. Como explica Gemma Tarafa, la concejala de Salud, Envejecimiento y Cuidados, "el 75% de las llamadas son de fuera de la ciudad de Barcelona. Lógicamente no pedimos el empadronamiento para atender una llamada, pero son muchas, de fuera de Cataluña y del Estado". Señala que es clave que todas las ciudades del país activen los suyos: "Es clave que se activen desde la proximidad. Tú no puedes enviar los servicios de emergencia de un suicidio en curso desde aquí para Zaragoza o Soria. Lo haces, pero es mucho más complicado".
Estar al otro lado del teléfono
Los voluntarios del teléfono están formados para detectar suicidios en curso o inminentes y llamar, a través de un voluntario de guardia, a los servicios de emergencia que determinarán cómo actuar. Josep Lluís, otro voluntario, de 74 años y médico jubilado, ha tenido que avisar al compañero de guardia en alguna ocasión "Si ves un riesgo elevado, avisas a la persona de guardia, pero en ningún caso dejas de atender la llamada", explica.
Carmen, de 58 años, es especialista en gestión de estrés en el mundo laboral y voluntaria. Hace dos turnos al mes. Constata también el aumento de llamadas de jóvenes. La peor llamada que recuerda es la de un usuario al que no consiguió regular. "Era un chico que decía que los días se le hacían largos, que nunca terminaban, que para qué seguir y que lo peor era pensar que el día siguiente sería igual de largo y eterno".
No es lo común. Las llamadas no tienen un límite de tiempo, pueden alargarse lo que necesite el usuario, hasta que la persona consigue remontar su estado anímico.
El lema del 900 92 55 55 es "Si nos necesitas, llámanos". Los que lo necesitan encuentran una voz que acompaña y unos oídos dispuestos a escuchar sin juzgar.
Emma Vallespinós
Guionista en 'La Ventana'. Coordina la sección dedicada a los libros. Es licenciada en Periodismo y...