La vacuna educativa contra la violencia machista

Madrid

En 2013 el porcentaje de chicas adolescentes víctimas de violencia machista era del 28 por ciento. En 2020, del 17 por ciento. Son datos que se desprenden del estudio 'La situación de la violencia contra las mujeres en la adolescencia en España' que ha elaborado la Unidad de Psicología preventiva de la Universidad Complutense de Madrid y coordinado por la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género.

El principal objetivo del informe es conocer cuál es la situación actual, las condiciones de riesgo y qué tipo de protección es necesaria para prevenirla. "El descenso es importante, pero los datos arrojan algo que es claro: esta violencia sigue afectando a un número elevado de chicas adolescentes", nos explica María José Díaz Aguado, catedrática de Psicología de la Universidad Complutense y directora del estudio.

La mayoría de situaciones que las chicas reconocen haber sufrido y que se identifican claramente con la violencia machista son el control y el abuso emocional, el control del móvil, los insultos o actitudes que ridiculizan a las víctimas, etc.

"Otro riesgo muy fuerte que hemos evaluado ahora es el acoso sexual en contexto fuera de la relación de pareja: más del 40 por ciento de las adolescentes reconocen que les han pedido una foto de contenido sexual suya o que les han mostrado imágenes sexuales no deseadas. La mayoría de ellas no saben qué hacer y ellos no son conscientes de que esta conducta hace daño a las mujeres. Piensan que es una forma aceptable de iniciar una relación de pareja", afirma Díaz Aguado. Y es que el informe refleja que el 11 por ciento de las jóvenes dice que se ha sentido presionada para participar en una relación sexual que, en realidad, no quería tener.

"La pornografía es basura. Trasmite una visión muy distorsionada de las relaciones sexuales. Esto contribuye a que aumente el riesgo de violencia machista

—  María José Díaz Aguado, catedrática de Psicología de la Universidad Complutense

Talleres para la prevención

El papel de la educación es fundamental para prevenir este tipo de violencia. "Los jóvenes que dicen que han trabajado este problema específico en la escuela tienen menos riesgo de ser maltratadores ellos y víctimas ellas. Contamos con una vacuna educativa eficaz sin riesgos al alcance de nuestras posibilidades, afirma Díaz Aguado que se pregunta por qué no se aplica esta misma pauta a otros grupos de edad para acabar definitivamente "con estas conductas de dominio y sumisión".

"A veces podemos confundir actitudes. Puede parecer que una persona te quiere muchísimo, pero en realidad lo que está haciendo es dañarte psicológicamente, minar tu autoestima. Miriam es una chica de 16 años que estudia en Getafe. A su lado están Ada y Candela, además de otros diez chavales de secundaria y bachillerato que participan en un taller de teatro para prevenir la violencia machista y sexual.

"¿Qué podemos hacer para ponernos en el lugar de los demás?" Es la meta de esta iniciativa organizada por la Asociación Cultural Calatea. Jóvenes de varios institutos de Madrid y Barcelona que representarán creaciones teatrales (el 1 de abril en Coslada) que tienen ese objetivo, prevenir la violencia machista, la sexual y la trata de personas con fines de explotación. Aida y Marcos dirigen a los chavales que se suben al escenario para aprender a sentir lo que sufre alguien maltratado y construir una memoria colectiva. "Somos un grupo y desde el grupo actuamos. Hay que estar muy pendientes de lo que sucede en la sociedad para intentar cambiar las cosas".

Piel con Piel es un festival que pone en escena el trabajo de reflexión de un centenar de jóvenes de 16 y 17 años que durante medio año han tratado el tema de la violencia machista y sexual. "La sensibilización sólo es profunda y a largo plazo cuando viene de un descubrimiento propio. Buscando activamente por parte de los participantes; la propia experiencia es una fuente de recurso para desarrollar una mirada crítica que interiorice la perspectiva de género para identificar las violencias y las injusticias que afectan a las mujeres", cuenta Paula de la Torre, de la asociación Calatea.

Los riesgos de las redes sociales y el consumo de pornografía

Se han incrementado las conductas de riesgo a través de las redes sociales. Un 17 por ciento de los chicos adolescentes reconoce haber pedido fotografías de contenido sexual a través de Internet. El peligro se ve, además, en el consumo de pornografía entre los adolescentes.

"La pornografía es basura. Trasmite una visión muy distorsionada de las relaciones sexuales, las convierte en un objeto y despersonaliza a la mujer. Esto contribuye a que aumente el riesgo de violencia machista o violencia sexual. Por desgracia hay un porcentaje muy elevado de adolescentes que consumen pornografía", según Díaz Aguado.

Para evitar todo esto, además de trabajarlo en los centros educativos, es fundamental el papel de la familia. "En 2020 se habla más de violencia de género en el seno familiar que en 2013. Disminuyen los mensajes sobre la dominación del hombre. Se ha entendido que la violencia de género es un horror y los padres no quieren que sus hijos sean maltratadores".

En distintos contextos de la sociedad se ha remado en la misma dirección para acabar con la violencia machista a pesar de los mensajes negacionistas de la ultraderecha. Díaz Aguado insiste en que sólo una acción social conjunta, desde la unidad, logrará acabar con esta cultura ancestral de dominio y sumisión. "Se puede construir un mundo mejor, el que la sociedad anhela para acabar con este problema".