Margalida Vives, doctora en Pedagogía: "Los alumnos han pasado de ser espectadores a denunciar los casos de acoso a compañeros"

Palma

Cualquier niño o adolescente puede ser víctima de bullying, de ahí la responsabilidad compartida entre alumnos, padres y docentes, es la advertencia de los expertos. Desde la aparición de protocolos contra el acoso escolar, los casos son más visibles y los estudiantes se están concienciando y se implican cuando ven un caso de bullying aunque no se trate de un amigo.

Cuando se detecta un caso, se valoran las medidas de protección y si es necesario acudir a la justicia, se hace un sociograma para ver la situación de la víctima, acosador y resto de alumnos, hay que intervenir y valorar después si ha desaparecido. Y es que no es una cuestión puntual, sino que se alarga en el tiempo y va en aumento, reduciendo a la víctima y dando poder al agresor. Entre las señales: dificultades para hablar en clase, desmotivación, inseguridad o distanciamiento. Nadie está exento como destaca Margalida Vives, Doctora en Pedagogía.

1 de cada 3 niños padece acoso escolar, sobre la mesa, la duda, si hay más casos ahora o si son más visibles... y lo cierto es que los expertos apuntan a que hay una mayor concienciación y herramientas que permiten detectar casos de bullying.

Destaca Vives que hay que trabajar la empatía entre iguales, ya que en determinadas edades los jóvenes hacen más caso a los que tienen más o menos su misma edad. Señala la pedagoga, la lucha para que no se normalice la violencia, de hecho, los protocolos de prevención y la concienciación de esta lacra entre el alumnado ha traído un importantísimo cambio. Si en 2010 los estudiantes se alejaban de los casos para que no les salpicaran, desde 2018 con la aparición de protocolos comprenden que no deben ser meros espectadores y denunciar los casos de acoso.