Salah sigue retando al Real Madrid: "Hay una cuenta por saldar"
El egipcio ansía la revancha tras caer ante los blancos en la final de la Champions de 2018
Mohamed Salah, futbolista del Liverpool, busca venganza tras la final perdida contra el Real Madrid en 2018 y dijo que hay "una cuenta que ajustar".
El futbolista egipcio se tuvo que retirar lesionado a los 25 minutos de partido tras una falta de Sergio Ramos y el Liverpool perdió la final por 3-1 en Kiev, a merced de dos errores de Loris Karius y un golazo de Gareth Bale.
Salah, que es uno de los candidatos al Balón de Oro y máximo anotador de la Premier League, escribió en su cuenta de Twitter: "Hay una cuenta por saldar", después de que el Real Madrid eliminara al Manchester City en las semifinales de Champions.
Además, tras ser elegido jugador de la Premier League por la Asociación de Escritores, fue preguntado por Anfield Watch por si se toma la final como una revancha. "Sí. Perdimos la final (de 2018), fue un día triste para todos nosotros. Es momento de revancha".
Esta será la tercera vez que Madrid y Liverpool se enfrenten en una final de la Copa de Europa, tras la de París en 1981, que cayó del lado inglés, y la de Kiev, en 2018, que supuso el décimo tercer título para los blancos.
Salah quiere al Real Madrid
El egipcio, en un acto de valentía, se lanzó a elegir un rival para la final de París: "Quiero al Real Madrid". Dicho y hecho. Deseo cumplido.
La pregunta se la hizo Rio Ferdinand en el césped de El Madrigal, tras eliminar al Villarreal en semifinales y estar a 24 horas de conocer quién sería su rival en la capital francesa. "¿A quién prefieres?", le abordó Ferdinand. "Personalmente quiero al Real Madrid", dijo Salah, consciente de las rencillas sin resolver que quedan.
"¿Por algo en especial?", prosiguió Peter Crouch. "Porque perdimos una final contra ellos", respondió el delantero, dejando escapar una risa en la que se vio reflejada la jugada que cambió su final en 2018. Una falta en el minuto 25 de Sergio Ramos que le lesionó el hombro y que, entre lágrimas le obligó a marcharse a vestuarios. Uno de los mayores borrones de la carrera de Salah, que además llegó tocado al Mundial de Rusia unos meses después y apenas pudo ayudar a Egipto.