Hasta el último minuto cuenta
Los jugadores han aprendido gracias a Ancelotti o por sí mismos que cada minuto cuenta
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"La línea roja" de Matías Vallés (09/05/22)
La autoayuda es más fácil de lo que parece.
Consiste en sentirse superior a los demás y en predicarles con cierta pompa unos comportamientos que uno mismo nunca ha seguido ni piensa seguir.
Así que vamos a autoayudarnos un poco.
Como ejemplo para estimularnos recurriremos al Real Madrid, pero lo haremos con independencia de sus trofeos, victorias y méritos.
El Real Madrid nos interesa porque es un equipo mediocre que triunfa.
Ya me parece escuchar una objeción al fondo, cómo se puede desmerecer a un conjunto que mide sus intervenciones por éxitos.
Pues de la misma manera en que un triunfador puede fracasar, y seguro que aquí nos sobran los ejemplos.
El Madrid se impone por su tranquilidad y su sangre fría, que surgen de un dominio escalofriante del tiempo de que dispone.
Los jugadores han aprendido gracias a Ancelotti o por sí mismos que cada minuto cuenta.
Mejor aun, que hasta el último minuto cuenta.
O mejor todavía, que el último minuto cuenta más que los anteriores.
Desde esta sabiduría, perder no es definitivo si te queda un minuto.
Y no hablamos desde la farsa de la autoayuda, porque el muy limitado Real Madrid ha alcanzado la final de Champions aplicando estos principios.
¿En qué se parecen el fútbol y la vida? En que nuestros minutos también están contados, y en que solo el árbitro lleva la cuenta.




