Sociedad

Reincorporado al servicio el agente de la UDYCO que fue herido de gravedad por unos narcos a la altura de Monturque

Su vehículo fue expulsado de la A-45 mientras perseguía una furgoneta cargada de hachís

Manu, agente de la Policía Nacional de Benalmádena que fue herido al ser embestido por unos narcos a la altura de Monturque / Cadena SER

Reportaje agente UDYCO herido en Monturque

11:06

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Córdoba

Volver a nacer para volver a ser Policía Nacional. Manu ha retomado todas sus funciones después de cogerse la segunda baja laboral de su vida desde que en 2012 ingresara en la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de Benalmádena. La primera, fue la de paternidad.

"Estoy recuperado casi por completo, apenas me quedan algunos dolores de cabeza intensos que vienen y van y un dedo un poco lastimado", explica contento a La SER. Manu podría haber perdido la vida en acto de servicio o padecer secuelas permanentes como pérdida de movilidad, visión u oído. Es el agente que resultó herido de gravedad tras ser expulsado de la A-45 por unos narcotraficantes a la altura de Monturque (Córdoba).

Fue el 18 de octubre de 2021. "Entré en el turno de tarde y, tras revisar las investigaciones en curso, decidimos montar dos puntos de vigilancia en una vivienda que teníamos controlada desde hacía tiempo", remerora. Los agentes sospechaban que la casa era un 'punto intermedio' de una organización de tráfico de estupefacientes dedicada al método Go Fast.

Esta técnica es una vieja conocida para los agentes malagueños. Consiste en cruzar la Península Ibérica de punta a punta con un vehículo —generalmente de alta gama— cargado de droga, sin paradas y a la mayor velocidad posible, pero sin llamar la atención. En este caso, la mercancía era hachís proveniente de la Bahía de Cádiz y con destino Francia.

Manu explica que "la investigación estaba avanzada, así que los teníamos bastante controlados, pero ese día había movimientos muy inquietantes". El turno de mañana les había alertado y, cuando él y su compañero llegaron en dos vehículos camuflados, confirmaron las sospechas. "Habían metido una furgoneta dentro de la vivienda y había un vehículo rodeando el perímetro de forma constante, haciendo contravigilancia", detalla.

Cuando la Citroën Jumpy abandona la casa, los agentes deciden iniciar un seguimiento, todavía discreto. Ya en la autovía, acuerdan que el punto para capturar a los narcotraficantes sería el peaje de Las Pedrizas. "¡Alto policía!", gritaron los efectivos cuando vieron el furgón atrapado entre sus coches y la barrera. Lo que no esperaban es que el conductor empezase a acelerar.

"Se saltó el peaje mientras nosotros volvíamos a nuestros vehículos", narra Manu. En este momento, se inicia una persecución a toda velocidad por la autovía: "Le hacíamos señales luminosas e intentábamos adelantarle, pero no era posible, nos cerraba el paso y cada vez iba más rápido". Hasta aquí, la situación es 'controlable' para un agente de Policía entrenado en conducción en situaciones de riesgo y en maniobras de contacto.

Pero apareció un nuevo factor: el coche de contravigilancia de la organización criminal se pone a la zaga. "Al igual que nosotros íbamos informando a la sala de control operativo, ellos iban comunicándose", cuenta Manu, que lo siguiente que escucha por radio es que a su compañero le han embestido por detrás. Con alerta de un fallo eléctrico, continúa en la partida, pero no puede mantener velocidades tan altas.

"Van a por ti", le advirtió. Y así fue: primero con golpes por la parte trasera, que Manu intentó contrarrestar disparando a vehículo agresor queriendo acertar a un neumático. Pero los narcotraficantes iban a darlo todo por salvar la mercancía, así que "con las luces largas puestas para cegarme me golpean muy fuerte por la parte izquierda; y ahí pierdo el control", narra el agente.

Estado en que quedó, tras el accidente, el coche policial de incógnito que conducía Manu / Cadena SER

El vehículo policial hace un trompo en mitad de la autovía y vuelven a golpearle, haciendo que dé varias vueltas de campana y cruce la mediana hacia el otro sentido de la carretera. "Recuerdo muchos golpes y cristales por todas partes", explica Manu, que con el dedo recién fracturado alude a que no podía quitarse el cinturón de seguridad. Salió por su propio pie, "algo aturdido", hasta que llegó su compañero y varios conductores pararon a auxiliarle, entre ellos, una sanitaria que, cuenta, "me repetía 'no te duermas, no te duermas'".

Magullado en todas partes y con el oído sangrando, preocupaba especialmente una brecha de importancia en la cabeza. Así que Manu fue trasladado de inmediato al Hospital Infanta Margarita de Cabra. La fuerte contusión, sumada a un trombo en el cerebro, hace que los especialistas decidan derivarlo al Hospital Universitario Reina Sofía de la capital cordobesa. Pasaría en la UCI prácticamente dos semanas.

Sonríe mientras cuenta cómo cada media hora pasaba algún facultativo, enfermero o auxiliar preguntándole qué tal se encontraba y pidiéndole que le contase la historia del accidente. "Querían evitar operarme porque me veían más o menos bien y porque la intervención quirúrgica podía ser peligrosa", afirma.

"¿Eres el policía no?, ¿qué te ha pasado?, ¿cómo ha sido?", cuenta Manu, que poco después de haber repetido la historia veinte veces comprendió que estaba siendo sometido a pruebas neurológicas para comprobar que todo estaba bien. Le obligamos a contarla una vez más. Y concreta los "terribles dolores de cabeza que tenía al principio, cuando me mandaron seguir la recuperación en casa". En ese momento, relata, "no todo el tratamiento me sentaba bien y apenas dormía dos horas al día, lo cual agravaba las cefaleas".

Durante su convalecencia, amigos y compañeros le preguntaban por su mejoría, pero sobre todo, le actualizaban con los avances de la investigación. En enero de este año, la UDYCO desarticulaba la organización criminal que Manu y su compañero persiguieron a casi 200 Kilómetros por hora en la A-45 en la Esmeralda-Capitana. Una operación que se saldó con cinco detenidos de entre 20 y 35 años en Huelva, Sevilla y Estepona.

"Estoy muy contento de que cayeran", dice Manu, que no ha requerido de los servicios de apoyo psicológico que puso a su disposición la Dirección General de la Policía. Aunque al principio pasó dos meses sin conducir, asegura que no tiene trauma por el accidente, solo ganas de hacer su trabajo.

Álvaro Guerrero Jiménez

Álvaro Guerrero Jiménez

Redactor y editor en los servicios informativos de la Cadena SER en Córdoba. Previamente ha trabajado...

 
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