La Línea todo por descubrir: los italianos de la décima
La Línea de la Concepción
Durante la Segunda Guerra Mundial, el control del Mediterráneo constituyó un objetivo estratégico de primera importancia. En la batalla que enfrentó a italianos y británicos por el dominio de sus aguas, La Regia Marina intentaría compensar su relativa debilidad frente a la Royal Navy mediante el empleo de unos innovadores medios de combate naval: los llamados medios de asalto submarino, entre los cuales se contaban unos incipientes buceadores de combate y los llamados torpedos humanos o Maiali.
En realidad más que un torpedo, se trataba de una especie de submarino en miniatura, a lomo del cual, sus aurigas intentaban penetrar en los puertos enemigos, aproximarse en inmersión a los buques de guerra y fijar una potente carga explosiva bajo su casco.
Así fue como un puñado de jóvenes italianos, valerosos y decididos, lo más escogido de los centros de formación de incursores de Livorno y la Spezia, llevó la guerra contra la Marina inglesa hasta el interior de sus mismas bases. La unidad a la que pertenecían estos medios de asalto fue la famosa X Flotiglia M.A.S. sin lugar a dudas, el ariete más peligroso y temido de la guerra secreta desarrollada por la Armada italiana durante el conflicto.
No debe extrañar que el escenario donde tuvieron lugar la mayor parte de las acciones de esta unidad fuese Gibraltar; uno de los pilares básicos -junto a Malta y Alejandría- sobre los que se sostenían las rutas de suministro que unían Gran Bretaña con su Imperio y el fortificado hogar de la Fuerza “H”, la potente escuadra naval que permitía a los británicos ejercer su dominio sobre el Mediterráneo Occidental.
Una decena de veces los atletas de la Décima surcarían las aguas interiores del puerto colonial y la Bahía de Algeciras, buscando sus presas entre los acorazados, cruceros, portaaviones y el sin número de mercantes allí fondeados.
Durante casi tres años, aquellas aguas se convirtieron en el escenario de una lucha que enfrentó a los intrépidos marinos italianos de la llamada Flotilla Orsa Maggiore de la MAS y a los no menos esforzados británicos del Grupo de Defensa Antisubmarina. Una lucha a la vez heroica y silenciosa, mortífera y llena de respeto hacia el enemigo de la que, en la mayoría de los casos, tan sólo trascendía la aparición ocasional de la sección motriz de uno de estos torpedos, los restos flotantes de un traje de buceo, o una tremenda explosión que, de repente, sacudía las tranquilas aguas de la Bahía.
Tal vez, lo más apasionante de estas misiones sea la reconstrucción de sus complicadísimos operativos, parte de los cuales se desarrollaba sobre territorio español; lo cual nos introduce en el polémico asunto del papel jugado por España durante el conflicto.
Es posible que desde un punto de vista estratégico, no llegaran a alcanzar el éxito que pretendían, pero es innegable que fueron tácticamente apasionantes por el esfuerzo y sacrificio que exigieron y los revolucionarios medios tanto ofensivos como defensivos que movilizaron.
Desconocidos por la mayoría, admirados por sus propios enemigos y reivindicados con orgullo por sus compatriotas los nombres de Visintini, Borghesse, Ramognino, Notari, Tessei, Giari, Birindelli y tantos otros son exponentes del honor, gallardía, caballerosidad y muerte que rodearon las acciones de la X MAS en estas aguas; virtudes que con toda propiedad acertaron a representar en el símbolo de La Calavera y la Rosa que terminó sirviendo de distintivo a aquellos jóvenes marinos italianos.
Es cierto que los fondos documentales llevan décadas a disposición de los investigadores pero, ha sido recientemente cuando, gracias a la novela de Arturo Pérez Reverte, el tema se ha puesto de moda. Desde aquí les animo a que, sin dejar de disfrutar de la buena literatura, se apresten a comprobar que en esta ocasión cómo, en la mayoría de los casos, la realidad supera con creces cualquier ficción.
