Chiqui Esteban, un jefe gaditano en The Washington Post
El periodista, director de gráficos del prestigioso periódico, ha sido reconocido con la Uva de la SER "Cádiz por el mundo"
Entrevista a Chiqui Esteban
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Cádiz
Atesora más de 150 premios como infografista. Chiqui Esteban es toda una referencia mundial en su profesión. Ha estado en La Voz de Galicia, en Diario de Cádiz, en Público, en laInformación.com, en The Boston Globe, en National Geographic hasta convertirse en director de gráficos de The Washington Post. La Uva de Radio Cádiz "Cádiz por el mundo", que reconoce el mejor talento que exporta esta provincia, es el primer premio que recibe de su tierra.
Las oficinas de The Washington Post se han vuelto míticas por su presencia cinematográfica. ¿Impresionan cuando las vio por primera vez?
Justo el periódico se mudó de las que habían sido sus oficinas históricas en el momento en que yo empecé a trabajar allí. Pero es verdad que yo llegué a ir a las antiguas oficinas, que son las que salen en las películas. Yo fui porque sabía que se iban a mudar y quería ver The Washington Post por dentro. Entonces trabajaba en The National Geographic, que está muy cerca. Hablé con un amigo que trabajaba allí y me llevaron a verlas. Allí fue cuando la que era entonces jefa de gráficos me ofreció si me quería ir para allá. Así que yo ya entré en las oficinas nuevas. De hecho, en uno de los primeros paseos en esas oficinas nuevas tenían cajas de papeles que estaban moviendo de un sitio a otro y en una de ellas leí Watergate. Como si fueran los papeles del caso. Luego pensé que, en verdad, los habían puesto ahí para impresionar. Pero es un sitio muy particular, en el que, de repente, te puedes encontrar a Bob Woodward, o a algunos de los periodistas más importantes del mundo.
Estudió en Cádiz, luego la carrera en Navarra. ¿Cuándo supo que lo suyo era la infografía?
La carrera la quería estudiar para ser realizador de televisión. La hija de una amiga de mi madre habló conmigo que había estudiado Navarra, me habló de unos premios, los Malofiej. Me dijo que eran unos premios internacionales de Infografía. Y ahí me explicó que eran los dibujos, los mapas, los diagramas... y yo que siempre he visto un partido con un papel delante dibujando las tácticas descubrí que eso era un trabajo. Desde entonces ya supe que me quería dedicar a eso y acabé yendo a Navarra, donde fui voluntario de esos premios, en los que se juntaban los mejores infografistas del año a juzgar los mejores trabajos y me metí para ser traductor, con lo que estuve en las deliberaciones. Aprendí mucho. Fue el inicio de mi carrera.
Su primer trabajo fue en La Voz de Galicia. ¿Ha sido un gaditano que no ha tenido problemas en viajar?
Al principio sí que los tenía. La primera vez que estando en la carrera alguien de La Voz de Galicia me propuso trabajar con ellos yo les dije que estaba pensando de Madrid para abajo. No pensé irme tan lejos. Pero me lié la manta a la cabeza. Me fui para allá y, excepto por los tres años y medio que estuve en el Diario de Cádiz, siempre me he ido lejos.
Tras el Diario de Cádiz, vino Público, y justo después lainformación.com, que fue su primera experiencia en un medio puramente digital. ¿Cómo resultó?
Cuando estaba en Público me di cuenta de que tenía que aprender técnica digital porque ya no era el futuro, sino el presente. La Información era solo digital y tenía que forzarme a hacerlo. Mario Tascón me dio dos meses para formarme y ahí me fui. Fue otra vez liarme la manta a la cabeza. Fue también un momento muy importante, porque, desde entonces, casi todo lo que hago es digital.
Y entonces llegó el salto a Estados Unidos, al The Boston Globe. Allí vivió el atentado a la maratón de 2013, por la que el equipo de ese periódico, incluido usted, mereció el Pullitzer. ¿Cómo fue esa experiencia?
Los infografistas españoles tenemos muy buena fama en Estados Unidos. De hecho, en mi equipo de The Washington Post tengo varios españoles. Siempre se dice aquí que todo buen equipo de gráficos tiene que tener algún español. Y, de hecho, fue un español que conocía en mi carrera, Javier Zarracina, el que me llevó allí a Boston. Fue un sitio maravilloso. Boston es lo más parecido a Europa que puedes encontrar en Estados Unidos. Al principio fue complicado porque me tuve que llevar a la familia. Cuando nosotros nos fuimos, mi hija mediana acababa de nacer. Yo me fui y ella solo tenía un mes. Ellos vinieron meses más tarde. Y nos tuvimos que acostumbrar a otro país, y a otro periodismo. Porque no se hace periodismo de la misma manera. Aquí todo es más lento, hay más investigación, más qué pasa este mes o esta semana que el qué pasa hoy, frente al periodismo español. Es una experiencia enriquecedora que yo recomiendo a todo el que se anime.
El periodismo está viviendo una crisis económica y también de concepto, por las dudas que plantea el papel frenta al digital. ¿Cómo se vive esta situación allí?
Aquí los medios también tienen problemas. Justo ahora estamos en un momento de bajoncillo. Pero, bueno, en verdad, todos sabemos que en el periodismo bien, bien, las cosas no van ir nunca. Así que no es ninguna novedad. El concepto aquí es diferente. Sí hay consciencia de que hay que renovarse si no te quieres quedar atrás. Siempre se están probando cosas y una de las cosas que más se están probando es el mundo visual. Los grandes medios están apostando por lo visual y lo diferente. Hay muchas ideas de que hay que hacer cosas para ser especial. Es un periodismo que no se centra en el día, y eso te da mucha más libertad para probar cosas. A mí me pasaba mucho en España de llegar a la redacción y preguntar qué tenemos hoy. Pero en Estados Unidos los temas se pueden llevar un día u otro, importa menos el momento. Eso permite tener gente trabajando algo varios días y funciona mucho mejor. También aquí destaca la mentalidad de Estados Unidos de meter más gente para todo. En un restaurante o en un periódico. La mentalidad es tener muchos recursos, incluso en los medios más pequeños, y siempre hay más recursos. De esta manera, puedes innovar, y de ahí vienen muchos éxitos.
Otro debate abierto es la independencia de los medios. Aquí los periódicos, las televisiones están tomando posiciones políticas. ¿Esto ocurre también en Estados Unidos?
Algunos medios sí tienen un sesgo. Pero el Post, el Times o el Globe, que son medios considerados más prestigiosos, tienen un departamento de información y otro de opinión, y nunca se mezclan. El de opinión intenta recoger diversas tendencias. Y en las noticias se separa claramente la opinión. De hecho, el director no se puede meter en nada. El departamento de información no sabe qué pasa en el de opinión, y al revés tampoco. Una de las correciones más habituales de los editores es señalar frases demasiado opinativas en los textos. El lado de noticias es muy cuidadoso con no ser tendencioso, solo se permite información, sin pasar la barrera con la opinión. Tampoco hay periodistas que escriban la noticia, que luego den la opinión.
¿Cómo ha sido la evolución hasta llegar a ser director de gráficos del Post? ¿Da vértigo tanta responsabilidad?
Todos los días. Todo el día hay que tomar decisiones. Son presupuestos grandes, hay mucha gente implicada a tu cargo. Vértigo en cada decisión. Estados Unidos es un país de emigrantes y no es tan raro ver una persona de otro país al frente de departamentos. En mi equipo hay españoles, pero también de Filipinas, Corea, Taiwán... con lo cual también ayuda a tener esa perspectiva al frente del departamento. Es un orgullo todos los días estar aquí. A tener vértigo todos los días se termina uno acostumbrando.
¿Qué supone para recibir este Uva de Radio Cádiz?
Si la memoria no me falla, este es el primer premio que recibo de Cádiz. Y esto siempre hace especial ilusión. Hay muchos premios gráficos, pero que se acuerden de ti en tu casa siempre es algo diferente. Yo he trabajado algunos años allí, y he pasado mi infancia, y voy todos los años.
¿De quién se va a acordar al recibirla?
Me acuerdo de las cuatro personas de mi familia que han hecho el esfuerzo de seguirme en esta carrera, de venirse al otro lado del mundo y, en el caso de mi mujer, dejar la carrera que tenía en España y empezar otra en Estados Unidos. Y, por supuesto, de mis padres, que estarán allí recogiendo la uva. Son con los que hablo todos los días en el coche cuando voy de regreso del trabajo. Todos ellos, al fin y al cabo, han sufrido este viaje.
Pedro Espinosa
En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos de la veterana emisora gaditana. Autor del podcast...