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Niños Mutantes se erige como gourmets en la presentación en Granada de su gira "Cuchillos y Diamantes"

Su nuevo disco exige un consumo pausado para degustar todo su sabor con letras y sonidos fluyendo al unísono

Concierto Niños Mutantes Granada Cuchillos Diamantes

Daniel Martín

Granada

Con unos mimbres tales como buena temperatura, días con alta ocupación en la ciudad, numerosos rostros conocidos en la previa de "el Jardín", con Agustín de Los Ángeles, Noni de Lori Meyers o miembros de Valparaíso, junto con el resto del público, se iba mezclando en la puerta de la Copera, ávido de poder descubrir si nuestra vertiente es más de cuchillos o diamantes.

El comienzo nos da una ligera sensación casi tenebrosa, es la que nos transmite "La ola", el primero de su directo y que pasa por ser un tema que casi te ahoga por su profundidad abisal, aunque deja un pequeño resquicio de luz, que es por donde entra "No has venido a sufrir" guiándote hacia la superficie. Quizás esta fuera la tónica del concierto, un fino equilibrio cual Themis con su balanza, en esa dualidad que es la marca del disco.

Con "Buena Suerte" este veterano grupo, atesoran 12 trabajos a sus espaldas, nos muestran que se abren a nuevos fronteras y estéticas pero sin renunciar a lo que ellos son y el pasado que tienen, tal y como comentó Juan Alberto en la entrevista del pasado viernes en la edición local de Hoy por Hoy; "nadie entendería que de repente nos pasáramos a los ritmos urbanos porque ahora sea la moda, nosotros somos lo que somos". Eso no quita que este trabajo se adentre en unos sonidos no tan propios, se nota el soplo de viento fresco tanto de Toni Jiménez como la mano de Ángel Luján en la producción, trayendo electrónica o incluso una falsa psicodelia y sí, estamos hablando de los Mutantes, de Niños Mutantes, no nos hemos equivocado de crónica, pero nos descubre una vertiente nueva que nos deja a un grupo que nunca pierde su frescura.

Niños Mutantes presenta 'Cuchillos y Diamantes', su nuevo trabajo

Volviendo al concierto en sí, "Náufragos", que fue un disco que a pesar de servirles de catapulta para instalarse como referencia musical, sí que pasó algo desapercibido para el gran público, por lo que entendemos que redescubrirlo ahora nos sirve para ver en directo la evolución de su sonido y no hay mejor forma de hacerlo que en las salas. Estas son lugares que sirven para ver el crecimiento orgánico y natural de los grupos, tal y como reconoció Juan Alberto. Sonaba “Sin pensar” junto a "No tengo remedio" y con una frase final "...puede que ya mañana sea tarde" que puede convertirse en su nuevo lema para corear.

Si al principio de la crónica hacíamos referencia a los equilibrios y balanzas, la edad media del público se podría referenciar igual, numerosos chavales en las primeras filas cantando, coreando y bailando las letras de esta banda y es que tanto unos como otros siempre serán nuestros niños.

Temas como "Una noche (Las estrellas)", o "Todo tiene un precio (La ciudad), del disco "Ventanas" también sirven para ir jalonando este doceavo trabajo de estudio.

Esta gira está sirviendo para darles más de una buena sorpresa ante la gran acogida que están teniendo allá por donde pasan, un nuevo disco con su lógico peso en la gira que se salpica continuamente con una serie de himnos, porque ya no son unos simples temas sino que han trascendido más allá del propio grupo para dejarnos momentos imborrables en la memoria.

Y no podemos dejar pasar el bis, él solo podría sostener un concierto o un macrofestival de los que tanto abundan por esta piel de toro, pero obviamente no lo vamos a desvelar, mejor descubrirlo por uno mismo y decirse, "vamos a volar".

Cierran el concierto dedicado a los pata negra, a los que les seguimos desde el principio de los orígenes y sí algunos nos incluimos porque han sido banda sonora de nuestra evolución, solo podemos decir gracias a tantos años en los escenarios y gracias por estar siempre ahí.