El Sevilla FC, rey de la Copa de la UEFA/Liga Europa, tratará este miércoles en Budapest de sumar su séptima corona en la competición, mientras que su rival, el Roma, lucha por estrenarse en el palmarés. El conjunto sevillano, que aventaja en tres títulos a Inter, Juventus, Liverpool y Atlético de Madrid, ganó el torneo continental los años 2006, 2007, 2014, 2015, 2016 y 2020 con pleno de triunfos en las finales disputadas. En cambio, el Roma tan solo estuvo en la lucha por el título en 1991, cuando las finales aún se disputaban a doble partido, y cayó ante el Inter tras perder en el Giuseppe Meazza por 2-0 y ganar en el Olímpico tan solo por 1-0. El ganador relevará en el palmarés al Eintracht de Fráncfort alemán, que se impuso el pasado año al Rangers escocés en la tanda de penaltis (5-4) tras acabar el encuentro y la prórroga con empate a un tanto. De ganar el Sevilla, devolverá el dominio del torneo bajo la denominación de Liga Europa al fútbol español, que ha ganado hasta el momento ocho de las trece ediciones disputadas con los triunfos del Atlético de Madrid (3) y el Villarreal (1) más los del cuadro andaluz (4). A lo largo de la historia, bajo las distintas denominaciones de la competición, España acumula trece títulos, cuatro más que Inglaterra e Italia, y Alemania es cuarta con siete. El centrocampista croata Iván Rakitic afirmó este martes que «hay que jugar el partido perfecto» si quieren ganar el miércoles en Budapest la final de la Liga Europa que les enfrenta al Roma, al que calificó como «un grandísimo equipo» frente al que intentarán «hacerlo normal, como un día mas» sin presionarse por la trascendencia del encuentro. Rakitic, que ya ganó en 2014 una Liga Europa con el Sevilla en la etapa de Unai Emery como entrenador, compareció en la sala de prensa del Puskas Arena ante del entrenamiento de la víspera y dijo que esta final «es un espectáculo, algo único». «Todos los que llevamos al Sevilla en el corazón sabemos lo que significa esto. No hay nada más grande que llevar la copa a nuestra ciudad y con nuestra gente», aseguró el croata, quien destacó que «desde el primer partido se ha visto lo que quiere el entrenador -José Luis Mendilibar- y eso no va a cambiar». «Estamos aquí porque lo merecemos, porque hicimos las cosas bien. Nadie regala nadie. En esos partidos -en referencia a las eliminatorias ante el Manchester United y Juventus de Turín- hemos sido el mejor equipo y debemos ser nosotros mismos, hacer el partido perfecto. Cuando decimos que nadie la quiere como nosotros ,no es porque la haya dicho un listo, sino porque lo pensamos así», destacó. El Sevilla volvió a pisar en la tarde de este martes el césped del Puskás Arena de Budapest, un estadio que conoce de la última Supercopa de Europa que jugó en 2020 frente al Bayern Múnich, y ultimó la preparación de la final de la Liga Europa del miércoles ante el Roma, que no se ejercitó en el escenario del partido, sino en la capital italiana por la mañana. El equipo entrenado por José Luis Mendilibar, quien se fundió en un abrazo con el técnico romanista, el portugués José Mourinho, cuando coincidieron antes de las conferencias de prensa oficiales al ir a ver el terreno de juego, hicieron rondos y ejercicios de posesión del balón y presión en el cuidado césped del estadio de la selección de Hungría. En esta toma de contacto con el escenario de la final, con capacidad para unos 65.000 espectadores, participaron todos los jugadores desplazados por el Sevilla, incluidos el argentino Marcos Acuña y los dos no inscritos en esta competición, el mexicano Tecatito Corona y el senegalés Pape Gueye, quienes no podrán jugar por sanción, el primero, y por el citado motivo, los dos últimos. El escenario de la final de la Europa League entre el Sevilla y la Roma, situado en una zona céntrica de Budapest, en la parte de Pest (distrito de Zugló), fue inaugurado oficialmente en noviembre de 2019 con un amistoso en el que Hungría perdió por 1-2 ante Uruguay y se construyó en el lugar en el que estaba el antigo estadio de la selección nacional de Hungría, que, como ahora, con su nombre también honraba al mítico delantero del Honvéd y del Real Madrid Ferenc Puskás. Además de la citada Supercopa de 2020, marcada por las restricciones derivadas de la pandemia, el Puskás Arena, que es el hogar de la selección húngara de fútbol, también acogió cuatro partidos de la UEFA Euro 2020, la Eurocopa que finalmente se disputó en 2021 por la crisis sanitaria por el coronavirus y con sedes en varios países.