Jaén

Las Galerías Altas de la Catedral de Jaén guardan un tesoro que, seguramente, es muy desconocido para una gran parte de los jienenses. Se trata del Archivo Histórico Diocesano, un archivo que hoy ha centrado el reportaje de 'Hoy por Hoy Jaén' y que puedes escuchar en la fotografía superior de este artículo. Se trata de un archivo especial según el archivero y deán del templo, Juan Francisco Martínez Rojas, ya que reúne los fondos del Archivo del Cabildo Capitular y los del Archivo Diocesano, conformando "un fondo único desde 1627 cuando el cardenal Don Baltasar Moscoso y Sandoval crea lo que el llama Archivo General de Papeles del Obispado de Jaén".

Hace dos siglos, los documentos se encontraban mucho más abajo, en la desaparecida Capilla del Juicio Final, que se derribó. Habrá que esperar a 1929 para que se cree "la figura del beneficiado archivero" aunque no será hasta 1976 "cuando se convocan las primeras oposiciones para conónigo archivero que las gana Don José Melgares Raya". Un año más tarde, el prelado Miguel Peinado crea el Archivo tal y como lo conocemos en la actualidad.

Está compuesto de 14 salas que, en su totalidad, ocupan más de 1.187 metros cuadrados. Miles de documentos están repartidos en más de 1.652 metros lineales de estanterías. Aquí podemos encontrar legajos, bulas papales y otro tipo de papeles que se remontan al siglo XIII que proceden de la antigua diócesis de Baeza así como de la de Jaén pero también de la abadía de Alcalá la Real y, a partir de 1873, de las vicarías de la Orden de Calatrava en el partido de Martos y de la Vicaría Santiaguista de Segura de la Sierra y de Chiclana de Segura.

Tipos de documentos

Uno de los temas más solicitados por parte de los genealogistas es el de los expedientes matrimoniales, organizados por localidades. El máximo responsable de la seo jienense recuerda que, por lo general, "se casaban parientes" y de ahí había que hacer el árbol genealógico, "algo muy goloso para los genealogistas" y que, reconoce "muy difícil". Teniendo en cuenta que se podían elegir los apellidos que cada uno quería, nos podemos encontrar con casos como el del obispo Don Francisco de Mendoza, cuya hermana era María Pacheco (esposa del comunero Juan de Padilla), con la que no compartía ningún apellido.

Ampliar

Los expedientes de limpieza de sangre son otro de los atractivos del Archivo. En 1553 el papa Julio III lo aplica para Jaén después de haber hecho lo mismo en Toledo. Una medida que intentaba hacer frente a la psicosis que había debido a la presencia de personas de origen judío o musulmán. De esta manera, cualquier persona que tuviera una responsabilidad en el Templo, debía demostrar lo que se consideraba como "limpieza de sangre", esto es, rastrear su pasado para ver que era un cristiano sin sospechas. Sin embargo, esta medida provocó una importante polémica en nuestra catedral al haber "dos canónigos que se opusieron de manera beligerante" aunque finalmente se instauraron hasta la caída del Antiguo Régimen.

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Por otra parte, el famoso Deán Mazas tiene gran culpa de la selección musical que hay en el Archivo. Fue en su época cuando en 1784 el maestro de capilla, Francisco Soler "tiene el detalle de regalar a la Catedral todas sus composiciones musicales, desde entonces, el deán ordena que, de ahora en adelante, todas las composiciones que se hacían para la Catedral, el mastro de capilla tenía la obligación de dejarlas". A lo largo del siglo XVIII, comienzan a recopilarse obras y libros de música de maestros como Juan Manuel de Lapuente y, sobre todo, del gran Ramón Garay, del que este año se ha cumplido el segundo centenario de su muerte.

En las Galerías Altas también hay bulas papales, documentos enviados por Roma para, entre otros muchos aspectos, hacer oficial el nombramiento de los obispos. Sin embargo, todavía falta la bula del último obispo, Sebastián Chico, por lo que Martínez Rojas bromeaba y ha explicado que "tenemos el PDF que es muy moderno y tal, lo que tú quieras, pero el pergamino no lo tenemos".

Revista Códice

El cuidado de los archivos y su difusión está en manos de la asociación Revista Códice. Un colectivo que surgió en 1979 con el fin de dar a conocer la riqueza archivística de la provincia de Jaén, una riqueza encabezada por el Archivo de la Catedral, del que Juan del Arco, presidente del colectivo, decía que "tiene un valor incalculable" y defendía que "no se concibe un trabajo de investigación relativo a la historia de la provincia de Jaén y por supuesto de la Diocésis sin consultar la documentación que conserva el Archivo Histórico Diocesano".

La asociación también se encarga de organizar una serie de jornadas y congresos en los que analiz temas tan variados como las vías de comunicación o la historia de las mujeres, entre otros. Sin embargo, la principal actividad es la publicación de la revista Códice, "de las pocas revistas que quedan ya en papel, que se imprimen" aunque también "la difundimos en plataformas digitales".

Por último, tanto Martínez Rojas defienden la necesidad del patrimonio documental. El primero ha señalado que "hacer historia sin documentos es muy arriesgado" mientras que el responsable de la asociación concluyó recordando que "los documentos no son vistosos pero sí sostienen la información que nos ayuda a comprender el resto del patrimonio y la historia de nuestra provincia". En definitiva, son un pilar importante sin el que el conocimiento del pasado no estaría completo, documentos que se deben preservar del olivo y darlos a conocer.