Casa Diego de la calle Esperanza de Triana, el impulso de unas nuevas manos a un negocio de los de toda la vida

Sevilla

El pasado mes de diciembre nos sorprendía el cierre de un negocio hostelero de los de toda la vida en Triana. Tras más de cincuenta años cesaba su actividad la emblemática Casa Diego, en el número 19 de la calle Esperanza de Triana, aunque, en cuestión de meses, desde el pasado mes de junio, un grupo de jóvenes emprendedores se armaban de valor y se ponían a la tarea de mantener el nivel en este punto neurálgico del buen comer y el buen yantar sevillanos.

Desde entonces, la cosa no ha hecho más que mejorar: se vende más cerveza que antes, sigue habiendo expendedor de números para coger el turno de mesa y, por un precio acorde con la actual situación bolsillera, el paseante puede disfrutar de las mejores gambas de Huelva -cocidas in situ y eso se nota-, salazones de campeonato -como la mojama de Barbate regada en oro líquido de oliva- o los huevos de choco que traen a Sevilla el mejor sabor de Sanlúcar de Barrameda junto con la más fresca manzanilla en diversas marcas.

No queda ahí la cosa porque, en la primera edición del premio Caracolia, los muchachos han acaparado el trofeo al mejor caldo de caracoles y a las mejores cabrillas. Además, simpatía por arrobas con lo que tiene motivos más que de sobra para acercarse hasta Casa Diego. Y la copa de después, en El Tejar de la calle San Jacinto que es otro de los negocios del grupo.