De charcutero en un súper de Granada a cortador de jamón estrella en el restaurante de José Andrés de Chicago

Granada

Así es la vida. Fortuna y valentía. Decir sí. Que la bola caprichosa rebote en mil aristas y caiga en tu casilla. Y te guiñe un ojo. Venga chaval, te ha tocado. El momento, la edad, el estado de ánimo.

Trabajaba en un súper de Granada hasta que un buen día el teléfono de José sonó a lotería primitiva. Al otro lado, el Real Madrid de la hostelería: una empresa que recluta talento español para el chef José Andrés le puso sobre la mesa un contrato, un doble salto mortal con pirueta, de un súper de Peligros (pueblo cerca de la capital) al distrito financiero de Chicago, de la cofia a la gomina, de la camisa rayada y el pantalón de loneta al traje de gala, a laminar jamón 5J delante del cliente que acaba de pagarlo a tanto la estocada, como una rutilante estrella del rock.

"Me gustaría quedarme por un tiempo", dice durante la entrevista, y reconoce que "estoy muy orgulloso de llevar el nombre de Santa Fe por todo el mundo". "Envío un abrazo a mi amigo Manolillo El Lobo, que es su cumpleaños", acierta a concretar justo sobre las señales horarias de las dos de la tarde en España, las siete de la mañana en el amanecer de la Ciudad del Viento.