El motivo que impidió a 091 cruzar el charco, según Lapido
En Granada, en las Cuevas de Cristóbal, horadadas en un talud de la carretera de Murcia camino del Albaicín, Lapido vivió "una epifanía" cuando pudo acariciar por primera vez una guitarra eléctrica
Hora 25 Granada - A Fondo: José Ignacio Lapido (23/10/2023)
Granada
Nació en las cuevas de la clandestinidad de la España de Franco y forjó el oficio en sótanos y antros de chupa y madrugada durante los años de Felipe González. Compró con sus ahorros adolescentes Let It Be, de The Beatles, y algo después se asomó con 091 a un horizonte de gloria y fama que se esfumó cuando parecía real.
"Era una banda que lo tenía todo para dar el salto a latinoamérica", dice José Ignacio Lapido (Granada, 1961), y a continuación se entrega a su memoria y desembarca en aquellos años de oportunidades y frenesí de finales de los ochenta, cuando compartían parrilla de salida con Radio Futura, Gabinete Caligari, Hombres G. "Lo que sucedió a la vuelta fue inesperado", reconoce aludiendo a Maniobra de Resurrección, la vuelta de 091 muchos años después, una forma de justicia poética que llevó a la banda a repetir concierto en la Plaza de Toros de Granada porque agotó las entradas en horas. En Granada y en todas partes, allí donde se anunció en la gira.
En tanto y entremedias, Lapido se ha convertido en Lapido, en un letrista colosal, un músico comprometido y protestón que este mismo año ha publicado su noveno disco en solitario A Primera Sangre, donde se bate en duelo con la realidad.