El Córdoba perdona al Málaga y acaba sumando un empate con sabor a derrota en La Rosaleda (1-1)

El Córdoba sumó un empate en La Rosaleda, que a priori podría parecer bueno, pero que dejó una clarísima sensación de derrota. Se ganó un punto pero sobre todo, se perdieron dos puntos de forma clara, porque no se puede perdonar más de lo que lo hizo el Córdoba en el estadio malagueño.

Los de Iván Ania demostraron que tienen equipo para competir contra cualquier equipo de la categoría, pero también que en ataque tienen un serio problema. Hay que hacer muchas ocasiones para marcar y eso, al final se acaba pagando. Eso es lo que ocurrió en La Rosaleda. La puesta en escena fue casi perfecta, con seriedad en defensa y muchas llegadas en ataque hasta que llegó el golazo de Simo a los 39 minutos tras un centro del Carracedo (el mejor jugador del equipo, de largo). En la primera parte solo existió el Córdoba sobre el campo, con llegadas muy peligrosas y un par de goles perdonados por Toril.

En el segundo acto nada cambió. El Córdoba fue un vendaval que se llevó por delante a un Málaga que no pareció tan fiero en ningún momento. Llegaron ocasiones clarísimas de Toril, Simo (brutal lo que falló a puerta vacía), Alex Sala, Adilson o Casas. Una veces por falta de precisión y otras por las actuaciones prodigiosas de Herrero, lo cierto es que el partido seguía abierto. Al final, de tanto perdonar se cumplió el dicho y el Málaga empató por mediación de Haitam, en una desaplicación defensiva blanquiverde (la única de todo el partido).

Lo negativo del partido es el resultado. Se debió ganar con solvencia pero se acabaron escapando dos puntos. Lo positivo, que este Córdoba sigue en línea ascendente y que es capaz de competir y hacerlo bien ante cualquier rival que se le ponga por delante. Así se puede soñar con pelear por todo.