"Aprovecho los focos para demostrar que la vida diaria del artista no es sólo brillo"

Jerez de la Frontera

Hace mucho que logró dejar atrás la etiqueta de "niña prodigio" que le dio a conocer en Canal Sur siendo apenas una adolescente. Ahora, a sus 28 años, María Carrasco es una realidad dentro de la música española gracias a su talento y a una cabeza muy bien amueblada. Sus padres se velaron siempre por que no acabara siendo un juguete roto más.

María disfruta y vive de la música desde su casa en Torrecera, donde tiene su propio estudio de grabación. En su cuartel general compone y prepara sus giras, y también sale a comprar el pan en pijama por las mañanas. En esencia, es una triunfadora porque vive bien de lo que le apasiona sin necesidad de dejar su zona de confort.

Después de tres años difíciles en los que perdió a su madre y a dos de sus abuelos, María alcanza su madurez personal y musical que es capaz de transmitir en sus temas. "La música me ha salvado en muchos momentos hasta de mí misma. Me ha ayudado a sobrellevar todo lo que no se puede evitar ni arreglar", nos ha asegurado en una entrevista en el programa Hoy por hoy de Radio Jerez.

Consciente de la influencia que los cantantes tienen entre los jóvenes, no duda en subir a sus redes una foto o un video comiéndose una berza o sin maquillar a las 8 de la mañana. "Es importante visibilizar una vida normal. No todo es tan bonito como lo pinta muchos influencers y debemos aprovechar ese foco mediático para demostrar que nuestra vida diaria no es sólo brillo y que no pasa absolutamente nada".

Acudió como invitada a la gala de entrega de premios de los Grammy latinos en Sevilla, donde reconoce que "hubo mucha más pantomima y farándula que música. Para estar en Sevilla no lo hicimos bien, y eché en falta a los Cantores, a Ecos del Rocío o a Las Carlotas, por poner un ejemplo. El flamenco en sí es una minoría, pero allí faltó flamenco".