Senequistas

Córdoba

El miércoles pasado, en la filmoteca de Andalucía, en el marco de la segunda semana del Cine de Córdoba, Cinema23, tuve la oportunidad de presentar, junto a la periodista Marta Jiménez, la película Séneca, interpretada por John Malkovich. La sala estaba a rebosar de todo tipo de público, jubilados, jóvenes estudiantes, gente de todas las edades e intereses que acudieron a ver una película que apenas ha pisado las salas de los circuitos comerciales, con lo que eso implica a la hora de poner en valor a la Filmoteca de Andalucía.

Muchos de los presentes asistían con la ilusión de acercarse a la figura del ilustre filósofo cordobés, tenían la esperanza de que la película fuese una biografía ficcionada que ayudase a conocer mejor la vida y la obra del que probablemente sea el pensador español más prestigioso de la historia de la humanidad. No en vano su nombre se ha convertido en un adjetivo de singular factura y utilización, me refiero al adjetivo senequista.

A este respecto creo que hay pocas ciudades, pocas regiones y se me apuran pocos países más senequistas que el nuestro. No deja de ser significativo que, en el temario de filosofía que cursan los estudiantes de bachillerato nuestro país, no exista un apartado de peso, no solo para el filósofo cordobés, sino también para otros filósofos españoles referentes del pensamiento occidental, como Maimónides, Averroes, o Francisco Suárez. Algunos de los asistentes al pase de la película me confesaron que no tenían la más mínima noción sobre la figura de Séneca.

Tampoco es baladí que la industria cultural, y en especial la cinematográfica española, no haya prestado atención a la apasionante vida de nuestro filósofo cordobés que no solo fue preceptor del emperador Nerón, sino que también sobrevivió con habilidad e inteligencia, a dos condenas de muerte dictadas por Calígula y Claudio.

En fin, que ha tenido que venir un director alemán, con un actor norteamericano a interpretar de manera muy sui géneris a nuestro paisano, destacando, una vez más, nuestra mentalidad senequista, cuyo fondo estoico bien podría definirnos como Indiferentes.