La fantasía malagueña de tener dos fortalezas musulmanes
La fantasía malagueña de tener dos fortalezas musulmanes
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Málaga
Cuando naces en una ciudad tiendes a pensar que muchas cosas son normales, pero no lo son para los visitantes que las encuentran ciertamente interesantes. Esto ocurre con la singularidad malagueña de poseer dos castillos medievales realizados por la misma civilización, la musulmana. Nos referimos a la Alcazaba de Málaga y al Castillo de Gibralfaro. Muchos malagueños incluso creen que son un único castillo con dos recintos, pero los visitantes quedan muy sorprendidos al leer en sus guías turísticas y apps que son dos fortalezas musulmanas independientes construidas con trescientos años de diferencia. Una circunstancia, la de poseer dos fortalezas de la misma civilización, que no se da en ningún otro lugar de España y solo ocurre en dos ciudades europeas además de la malacitana. Esta semana la píldora cultural que receta Jose Mateos responderá a esta pregunta que ningún malagueño se suele hacer pero puede que los visitantes de fuera sí que lo hagan.
La Alcazaba de Málaga se construyó a principios del siglo XI por el Rey Ziri de Granada llamado Badis. Una época muy convulsa en la que habíamos tenido en el Al-Andalus medieval una guerra civil que había dividido toda la península en tres taifas. El rey Badis de Granada acuciado por las guerras decidió construirse un refugio inexpugnable donde refugiarse en caso de que las cosas se pusieran feas. Es así cómo se construyó la Alcazaba de Málaga, un cuartel, una fortaleza que tenía un elemento único en el mundo. la triple muralla. Las fortalezas medievales, de cualquier civilización e incluso las posteriores a esa época suelen tener una única muralla que defender. Pero la Alcazaba malagueña tiene un palacio en su interior también protegido por murallas, un segundo anillo que lo hace especialmente poderoso. Pero eso no era todo, para más fortaleza, el rey Badis mandó construir un tercer anillo de murallas exteriores, hoy desaparecidas, que recorrían calle Alcazabilla y la zona de ayuntamiento y Banco de España. Solo en Siria había una fortaleza semejante con tres anillos de murallas, que desgraciadamente destruyó el ISIS en 2015.
¿Si había una fortaleza inexpugnable como la Alcazaba por qué se acabó construyendo otro castillo? La respuesta está en el avance de la ingeniería de la guerra. Cuando la Alcazaba se construyó en el siglo XI, sólo había armas como las lanzas , espadas y flechas, pero en los siglos posteriores se desarrollaron las armas de fuego, en concreto unos cañones primitivos llamados bombardas. Aquí le surgió un gran problema a la Alcazaba pues tras la fortaleza hay un monte más alto, el de Gibralfaro. Desde ese punto, Gibralfaro no se podía atacar la Alcazaba con flechas, pero si se podía hacer daño con el fuego de las bombardas. Este fue el motivo de que el rey Yusuf I emprendiera en 1344 las obras para un segundo castillo malagueño, el castillo de Gibralfaro.
Entre ambas fortalezas se construyó un pasillo amurallado para pasar de uno a otro los con los ejércitos que defendían la ciudad. Este pasillo se conserva íntegro y en muy buenas condiciones es la llamada Coracha terrestre del que hay un proyecto para una restauración próxima. Ambos castillos con su Coracha estaban en pie cuando los Reyes Católicos llegaron a los arrabales de nuestra ciudad con sus ejércitos. Y lo que en otras ciudades había sido una conquista que les había ocupado apenas dos semanas, en Málaga se convirtió en más de dos meses de asedio sin conseguir penetrar las defensas de ambos castillos. Tuvo que ser la traición de un dirigente musulmán que desde dentro desarmó las murallas, lo que permitió que los Reyes Católicos entraran en la Alcazaba. Para las armas nuestros castillos formaban un conjunto absolutamente inexpugnable que tras mil años aún se mantiene en pie desafiantes.