"No he educado a los niños para que triunfen en la vida, sino para que su vida triunfe"

Jerez de la Frontera

No es rico ni famoso, pero acaba de poner fin a una vida profesional plena que le ha procurado muchas satisfacciones personales. Con solo veintitrés años le contrataron como profesor de las Escuelas Salesianas de Rota, y en el mismo centro se acaba de jubilar tras más de cuatro décadas. José Antonio Pérez Ríos deja un vacío enorme en el cole. Tanto en sus compañeros docentes como en los alumnos y en los padres, entre los que ha sido muy querido todos estos años por hasta tres generaciones. Una profesora despertó su vocación estando en Alemania cuando tenía siete años. Nunca lo dudó y si volviera a nacer volvería a dedicarse a la enseñanza.

Durante los ocho primeros años como docente iba y venía de Jerez a Rota haciendo autostop. No había autobuses y entre comprarse un piso o un coche, eligió lo primero porque quería casarse. Luego eligió tener hijos en lugar del coche. Pero no llegó jamás tarde al trabajo.

Ya con vehículo propio, más de treinta años, muchos miles de kilómetros y un solo accidente en el que se fastidió la rodilla: "Me conocía hasta los baches de la carretera, pero nunca me pesó porque me gustan los ratos de silencio para pensar y meditar en soledad".

Recién jubilado, se va "muy tranquilo, porque hay un termómetro muy claro en mi vida que me dice que he sido el mejor maestro del mundo. El termómetro son mis alumnos, que han sido los mejores del mundo y con ellos se hacen maravillas".

En estos cuarenta años, "mis alumnas, cuando había educación diferenciada, me querían como a un novio. Luego, como a un padre, y últimamente como a un abuelo. El denominador común es que me han querido, y eso es lo importante".

En cuatro décadas, siente que al docente de hoy no se le valora como antes: "Ahora es la persona a la que tengo que convencer para que apruebe a mi hijo". Pero tiene claro que "me ha valido tanto educar a los niños y a los padres como dejarme ser educado por los hijos y por sus padres. He hecho tutorías hasta dando un paseo por la playa".

Ve la necesidad de "simplificar la Educación para hacerla más sencilla, porque a veces tengo la sensación de ser más escribano que maestro, y eso me suponía mucho estrés". Por eso establece su objetivo educativo en tres pasos: "Saber, querer y poder. Si no sabe, le enseño. Si no puede, le doy los medios. Y si no quiere, procuro motivarle".

La crisis de la docencia va de la mano de la crisis educativa. Por su experiencia "las personas somos felices si nos sentimos queridas, acogidas y valiosas para los demás. Lo más importante para ayudar a un padre es entender sus sentimientos. Un profesor que se siente querido, aceptado y reconocido trabaja feliz y se siente cercano a los padres".

Como resumen de sus más de cuarenta años como maestro: "No he educado a los niños para que triunfen en la vida, sino para que su vida triunfe".

José Antonio Pérez Ríos ha pasado este miércoles por los micrófonos de Hoy por hoy de Radio Jerez.