La Audiencia deja en libertad a los líderes de una organización que explotaba a trabajadores del campo
El Tribunal ha tomado la decisión en contra de la opinión de la Fiscalía. Según la Policía actuaban como el crimen organizado, con empresas pantalla que han ganado miles de euros, con violencia y enviando ganancias al extranjeros. Sus víctimas trabajaban de sol a sol bajo amenaza sin poder comer ni beber ni orinar
Los agentes intervienen en una finca donde eran explotadas las víctimas. / Europa Press
Sevilla
La organización que ha desarticulado la Policía, y que explotaba a moldavos y rumanos en el campo, es un grupo que funciona como el crimen organizado, que gana miles de euros, que usa la violencia y que envía parte de sus ganancias a Rumanía. Así los han descrito los investigadores del grupo de Trata y de Extranjería de la Policía. De los 15 detenidos, durante el año y medio que ha durado la operación, tres ingresaron en prisión en noviembre; pero la Audiencia de Sevilla los dejó en libertad semanas después. Tomó la decisión en contra del criterio de la Fiscalía y sin tener en cuenta la reiteración delictiva porque el líder del clan ya había sido detenido en otra ocasión por hechos similares. Tampoco ha tenido peso el riesgo de fuga.
La operación sigue abierta y ha conseguido liberar de una situación de semi esclavitud a 21 personas.
Sin comida, ni bebida ni descanso: la semiesclavitud en el campo de 21 jornaleros liberados por la Policía en Sevilla
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Captaban a las víctimas en sus países a través de las redes sociales, las traían a España en autobús y las encerraban en casas y pisos de las localidades sevillanas de Brenes y Cantillana después de retirarles su documentación y proporcionarles otra falsa. Esta organización contrataba con los dueños de las fincas para recoger la cosecha tanto en Brenes y Cantillana como en puntos de Córdoba, Huelva y Toledo. Las víctimas vivían hacinadas, trabajaban de sol a sol, amenazados, sin poder comer ni beber ni orinar. No cobraban prácticamente nada y debían pagar la comida después a sus explotadores. Aunque en ocasiones tenían que rebuscar en los contenedores para encontrar algo que llevarse a la boca.
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Los dueños de las explotaciones agrícolas pagaban legalmente, a las empresas pantalla que había creado la organización, el salario de los trabajadores, aunque ellos nunca llegaban a recibir el dinero. De ahí que la Policía considere que los empresarios no tienen ninguna responsabilidad en los hechos.
Las casas donde se alojaban las personas estaban en condiciones infrahumanas. Tenían cables sueltos y pelados, sin la vaina de protección, con un grave peligro de que las víctimas se electrocutaran. Los colchones estaban sucios, apilados encima de cajas de recolección y había gran cantidad de moho y suciedad en las paredes y en el baño.
Una de las víctimas llegó a saltar por una ventana para tratar de escapar. Otra, menor, embarazada, perdió a uno de sus gemelos. El otro está hospitalizado.
Los líderes de la organización usaban ROLEX de oro, tenían coches valorados en más de cien mil euros. Y escondían 37 mil euros en efectivo. Además la Policía ha encontrado joyas robadas en diferentes domicilios.
La operación comenzó, según ha explicado la Policía, con una inspección en una finca agrícola donde detectaron a una víctima de explotación laboral en 2022.
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