Cádiz: la emigración sin retorno
La periodista Ana Huguet reflexiona en su columna de La Ventana Andalucía sobre la dificultad para acceder a una vivienda en Cádiz
La Columna de Anda Huguet (20/05/24)
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Sevilla
En la ciudad de Cádiz es noticia destacada en prensa la construcción en el centro de una promoción de cuatro viviendas. Solo con esto, ya se pueden hacer una idea del problemón que existe en esta capital andaluza para adquirir un piso. Leo en el periódico que la promoción consta de cuatro inmuebles de tres dormitorios por los que hay que desembolsar entre 450.000 y 500.000 euros, más IVA. En el caso de comprar la planta completa sin reformar, el coste supera los 800.000 eurazos. En la misma plaza de España se están edificando otros 14 pisos en una finca casi anexa a cambio de un sablazo similar: los de un dormitorio cuestan 275.000 y los de tres, casi 600.000. Estas propiedades, a precios que solo pueden pagar foráneos, no incluyen, por cierto, ni terrazas ni garaje.
Una ciudad con un 22% de paro y una renta bruta por persona de poco más de 16.000 euros, según el INE, ya es la capital andaluza con la tarifa más alta por metro cuadrado, por encima de los 2.500 euros, un 20% más que en Sevilla y un 6% más que Málaga.
La escasez de suelo por el carácter insular del municipio, la falta de iniciativa de todas las administraciones durante años y un crecimiento consentido de más del 20% por ejercicio de las viviendas para fines turísticos se ha traducido ya en una progresiva pérdida de población. Cádiz ha expulsado desde principios de siglo a 30.000 habitantes, la edad media de sus habitantes sigue en aumento y es la capital española con más retroceso en el padrón desde principios de 2.000.
Con algunas muy plausibles excepciones como la de Navalips, que incluirá en el barrio de Loreto 400 viviendas públicas para personas con ingresos limitados, pocas o ninguna alternativa hay para la ciudadanía de renta media. Y es frustrante para un gaditano que ha tenido que emigrar a municipios del entorno para acceder a una primera vivienda saber que nunca tendrá cartera suficiente para volver a su ciudad.