La talla del Cristo de la Misericordia de José de Mora, titular de la hermandad de El Silencio de Granada, ya se encuentra en la sede sevillana del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía) donde va a ser restaurada. La imagen de 1688 fue «despedida» en la iglesia de San José el pasado martes con una ceremonia religiosa y «su casa» en las próximas semanas la ha recibido con todos los honores. Se trata de una talla de incalculable valor, muestra excepcional de la imaginería andaluza. Cuando termine la intervención, volverá a Granada y el próximo año será la «estrella» de la gran exposición que la Junta y la diócesis preparan en la Catedral de Granada con motivo del tercer centenario de la muerte del autor bastetano. La imagen de El Silencio junto a la de la Soledad en el Calvario, también de José de Mora, procesionaron juntos la pasada Cuaresma en Granada en un mismo paso. Sus dos hermandades (Silencio y Santo Sepulcro) celebran su centenario. Esa imagen excepcional fue la misma que se vivió en Granada hace 80 años. Las imágenes del artista bastetano protagonizarán en 2025 la gran exposición en su honor en el templo metropolitano granadino. El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico ha explicado que la imagen será sometida «a los estudios necesarios para la redacción de un proyecto de conservación que incluirá la valoración cultural de la obra, el diagnóstico de su estado de conservación y una propuesta de intervención. La reaparición de problemáticas de conservación y la aparición de nuevos deterioros en el crucificado de la Misericordia, desde su última intervención en 1994-1995 por la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, justifican plenamente la redacción de este proyecto, del que surgirá la idoneidad de los tratamientos por realizar, así como el plazo de ejecución». El pasado mes de febrero el laboratorio móvil del IAPH se desplazó a la Iglesia de San José de Granada para realizar `in situ´ análisis científicos de la escultura. Los estudios efectuados fueron encaminados a una evaluación de los parámetros ambientales de temperatura, humedad relativa y carga microbiológica, además de una valoración de cambios de color en el barniz de la escultura, mediante espectrofotometría portátil. La microscopía óptica permitió realizar un examen morfológico de la superficie de la policromía. «El equipo especializado en conservación de patrimonio del IAPH observó en esta primera evaluación que el paso del tiempo y la exposición de la imagen a las condiciones microclimáticas del edificio habían propiciado la aparición de nuevo de muchos de los deterioros de hace 20 años y la posibilidad de que se produzcan otros diferentes. Se detectaron fisuras tanto en la policromía como en el soporte así como pequeñas lagunas con pérdidas de preparación y policromía en la imagen del Cristo. En especial el sudario, realizado con telas encoladas, presentaba un estado de conservación muy deficiente, con graves problemáticas de desprendimiento de los estratos polícromos superficiales», asegura el Instituto.