Hora 14 Huelva
Sociedad

El carro tartésico de la Joya (Siglo VII a.C.), ¿anticipó dos milenios el sistema de ballestas?

El carro tartésico de La Joya anticipó dos milenios antes de su empleo generalizado en la Europa moderna, de forma inconexa en el tiempo, el sistema de suspensión de ballesta para el transporte rodado.

"Eran piezas que no encajaban y hemos concluido que formaban parte del sistema de suspensión" Javier Jiménez, investigador

Huelva

El primer sistema de suspensión en vehículos se remonta a la época tartésica. Un reciente estudio publicado en la revista Onoba ha arrojado luz sobre uno de los hallazgos más excepcionales de la arqueología protohistórica en España. Se trata del carro hallado en la tumba 17 de la necrópolis de La Joya, en Huelva, descubierto en 1971. Este vehículo, único en su tipo, contiene lo que se considera el sistema de suspensión más antiguo conocido en vehículos de Occidente.

Es una de las referencias prerromanas más importantes de la Península Ibérica: un vehículo de gran complejidad y belleza, datado en el siglo VII a.C., que formaba parte del ajuar de una persona de alto rango en la sociedad tartésica. El carro está realizado en madera y bronce, y presenta una rica decoración con motivos geométricos y figurativos.

Carro Tartésico de la Joya, reconstrucción

Carro Tartésico de la Joya, reconstrucción

Carro Tartésico de la Joya, reconstrucción

Carro Tartésico de la Joya, reconstrucción

Los investigadores proponen que este carro integraba un ingenioso mecanismo de suspensión compuesto por barras de bronce, tiras flexibles y estructuras protectoras que reducían los impactos al rodar. El primitivo sistema de suspensión “de ballesta” se situaría entre el eje y la caja, aprovechando la elasticidad del metal para ejercer su función amortiguadora. Según este estudio, estaríamos ante una de las evidencias más antiguas de invención y uso de sistemas específicos de suspensión en la historia del transporte rodado, y el primero que recurre a las propiedades del metal (resistencia y flexibilidad) como principio activo. Este mecanismo podría considerarse un antecedente milenario —aunque inconexo— de las ballestas que siglos después utilizarían los carruajes de la Europa moderna y, quizá con mayor trazabilidad, también de sus cajas colgantes. Según Javier Jiménez, uno de los investigadores involucrados en este proyecto, este hallazgo ha sido sorprendente y fundamental para la reconstrucción del vehículo, resaltando su importancia en la cultura tartésica.

"Eran piezas que no encajaban y hemos concluido que formaban parte del sistema de suspensión" Javier Jiménez, investigador

La asociación cultural Arqueo Huelva, con la colaboración de la Fundación Atlantic Copper, está trabajando actualmente en la reconstrucción del carro tartésico descubierto en la necrópolis de La Joya por Juan Pedro Garrido Roiz en 1971. El Museo de Huelva abrirá en el primer trimestre de 2025 una nueva exposición bajo el nombre La Joya: vida y eternidad en Tarteso, que tendrá como eje central este símbolo de la importancia de la ciudad en la cultura tartésica.