"Aunque los avances ayudan, esa radio sentías que era más tuya, porque tu mano se notaba más"

Jerez de la Frontera

Su afición al hockey sobre patines le trajo a Radio Jerez siendo sólo un chaval. Comenzó ordenando discos, luego quedó una plaza libre como técnico y así se convirtió en el primer jefe técnico que tuvo la emisora hasta el momento. Paco Jiménez dejó su estela en esta casa y fue protagonista de una mudanza, que debió ser con la de una ferretería…

- Estuviste en Radio Jerez desde 1973 hasta 1986, pero todo comienza de la manera más casual.

- Fue a través del deporte, ya que yo jugaba al hockey sobre patines y un compañero que colaboraba en Radio Jerez me llevó a la radio. Le ayudé a ordenar la discoteca por las tardes y las cosas que pasan… La emisora no tenía entonces un técnico de diario, aunque sí un magnífico técnico de radiofrecuencia, Manuel López, que se ocupaba sólo de las averías en el centro emisor. Yo estudiaba Electrónica y tenía cierto conocimiento por lo que echaba algún cable. Al final, hubo un hueco en Radio Jerez porque se iba de control de sonido Manuel Pichaco, que luego fue cocinero muchos años en el bar Juanito. Pasé a llevar el control y a hasta continuidad por las tardes, de siete a diez. Me relevaba Antonio Núñez. Terminé mis estudios, y entré directamente en la radio.

- En esos trece años la tecnología estaba por llegar.

- Era como irte de un ordenador a una máquina de escribir con papel de calco. Radio Jerez tenía tres controles: dos de grabación y uno de continuidad, además del locutorio grande. Las mesas eran de válvula, Telefunken y Philips, y los magnetofones de cinta. Olvídate de las líneas RDSI, de los ordenadores, ahí lo único digital eran los dedos. Todo era manual: desde pinchar los discos, hasta la publicidad, pasando por el magnetofón… Era cuestión de habilidad y de rapidez, porque al mismo tiempo que lo hacías todo tenías también que hablar.

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- ¿Con quién de la época coincides?

- Uff, con Rafael Plaza, Carlos Vergara, Manuel Deportista, Jerónimo Roldán, Fernando Delage, Tere Sánchez; Ana María Sierra, viuda de Ruiz-Cortina, Enrique Pérez Sambruno…

- Tuvo que ser curioso aquello de chuparse una mudanza de una emisora a otra. Tuvo que ser como la de una ferretería, ¿no?

- Fue en el año 1985. Tenía un peluseo trasladar todo y adaptar a los primitivos equipos a los nuevos. La tecnología mejoró, los giradiscos eran más modernos, entraron los cartuchos para la publicidad. Recuerdo que Fernando Delage, aprovechando un permiso que me dieron en la mili, me mandó a Madrid para que aprendiera cómo se tiraban los cartuchos.

- ¿Y cómo se hace una mudanza de emisora sin que deje de sonar ni un segundo?

- Preparándolo todo anticipadamente, dejando para el ultimo día el cambio de un sitio a otro. Todo se hizo nuevo y había muchos equipos que se estrenaron en Caracuel y otros que empezaban a funcionar en Guadalete. Aprovechamos las horas de cadena para el cambio.

- ¿Esta torre tan enorme que tenemos en la azotea también la montas tú?

- Hombre, la torre era primordial, aunque en sus orígenes era un tubo. Los enlaces también hacía su función con el centro emisor.

- Qué tiempos aquellos los de la primera Unidad Móvil. Te parecerá la prehistoria, ¿no?

- Hombre, hoy en día los móviles lo han cambiado todo. Entonces para hacer el Rocío había que pedir una línea microfónica de dos partes que salía desde el Ayuntamiento de Almonte, pero todo se producía en El Rocío. Un compañero inventó lo del directo en moto o en coche. Así estuvimos algún tiempo hasta que llegaron las líneas microfónicas.

- En el fútbol, en el estadio Domecq, sería también una aventura.

- Así es. Una línea microfónica con una mesita. Al principio con una línea de dos hilos. Luego llegaron las de cuatro, pero nada que ver con la RDSI y mucho menos con la telefonía 5G. Aunque las modernidades ayudan, esa radio sentías que era más tuya, porque tu mano se notaba más que hoy. En la redacción había muchas máquinas de escribir y muchos papeles.

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