"En Radio Jerez tuve una escuela práctica de cientos de horas y en cada minuto aprendí algo"
Javier Benítez fue pieza clave en los noventa de nuestra emisora donde adquirió la base para otros retos profesionales
Entrevista a Javier Benítez
Jerez de la Frontera
Recién cumplida la mayoría de edad visitaba por primera vez los estudios de Radio Jerez un joven que ya era un “torta” de la radio desde que tenía uso de razón. Javier Benítez soñaba entonces con ser uno de aquellos locutores que presentaban los temas de sus grupos favoritos. Poco después, esta emisora sería su escuela durante diez años en los que aprendió también el oficio periodístico y a crecer como persona.
Lo de las tres veces que dio el tiempo en un mismo matinal, mejor que nos lo cuente él mismo.
- ¿Cómo te va?
- Muy bien, no sabes la alegría y la ilusión que me hace hablar en Radio Jerez.
- Tu cuna.
- Y la que siempre he considerado mi casa.
- ¿Qué te trajo aquí cuando todavía eras imberbe?
- Me llevó la vocación. Yo era un “torta” de la radio desde pequeñito. Jugaba a presentar las canciones. La casualidad quiso que fuera a un programa amateur que unos amigos del Coloma tenían en La Granja, en una emisora que se llamaba Sur Radio. Yo venía de un concierto de U2 en Madrid y me invitaron a que contara la experiencia. Fue la primera vez que pisé un estudio de radio y cuando me vi allí decidí que quería hacer eso. Un par de meses después me enteré de que en Radio Jerez estaban haciendo pruebas para los Cuarenta. Me planté allí, pasé la prueba y hasta hoy.
- Casi todos entrabais por los Cuarenta.
- Es una forma preciosa de hacerlo. A esas edades el mundo de la música sigue siendo muy importante en la vida. Fue muy bonito con 18 años unir la música a mi vocación de comunicar y conocer a mis artistas favoritos personalmente. Para mí ir a Radio Jerez a hacer mi turno era como ir a un parque temático, me lo pasaba pipa Al mismo tiempo, no éramos conscientes pero estábamos aprendiendo el oficio de nuestra vida, el que me da el sustento y la felicidad de trabajar en lo que me gusta. Qué más se puede pedir.
- ¿Qué te aportaron esos diez años en Radio Jerez?
- Una escuela absoluta. Legué terminando COU y se me plantea la disyuntiva de irme a estudiar a Sevilla o quedarme en la radio. Por circunstancias, decido hacer una apuesta que me salió bien, por el miedo a perder el vínculo con la radio. Ahora soy periodista colegiado de pleno derecho, pero no pude estudiar porque no puede compatibilizar. A cambio de la universidad tuve una escuela práctica de cientos de horas en las que en cada minuto aprendí algo. Esa es la base que mantengo en la profesión. Fue una escuela, pero en mi caso literalmente, porque empecé en los 40 y al poco tiempo ya hacía informativos.
- ¿Esa radio de los 90 cómo la recuerdas?
- Muy romántica, estando muy conectados con la gente de la calle. Una programación con más horas de radio local. Algún día lo vamos a lamentar, pero han recortado mucho las horas de radio local. Fue un despertar a la vida porque dos daba la posibilidad de conocer a fondo la ciudad y la provincia. Me gustaba el contacto con la gente, las instituciones. Radio Jerez se ganó un respeto, estando presente en los grandes acontecimientos: la Feria, la Semana Santa. Ése vínculo mágico entre los oyentes y la radio espero que no se pierda nunca.
- Ya en los noventa había mucha más competencia…
- Sí, claro. Y todas dedicaban muchas horas de emisión local. Mi amor por el medio viene de escuchar la radio local, las retransmisiones desde el camino del Rocío, que no sé cómo podrían contactar desde allí porque todavía hoy cuesta; los programas infantiles locales. Eso hizo nacer en mí el amor por la radio. Esa competencia enriqueció el espectro de la radio en Jerez, ciudad puntera en medios de comunicación y en la radio.
- ¿Y en el anecdotario?
- De las que se pueden contar sí. Éramos jóvenes y ahora estoy a punto de cumplir 50 y lo veo con cierta distancia. Algunas veces la noche se juntaba con el día, sobre todo coincidiendo con la Feria. Recuerdo una vez que me vine de la caseta directamente al matinal y no se me notó nada si no fuese porque dí el tiempo tres veces. Quise arreglarlo porque era importante saber qué día haría en el Real. Además de las bromas de unos a otros. Siempre con la alegría presente.
- Javi, un placer volver a escucharte en estos micrófonos.
- Gracias a ti. Estoy hablando contigo y viendo ese estudio de Guadalete 12, ese patio, esa escalera, esa redacción en la que pasé diez años maravillosos y en la que crecí profesional y personalmente e hice amigos que sigo conservando.
- Aún tengo fresca tu despedida.
- Te puedo decir la última frase. Era un Hora 14 y dije: Señoras y señores, van a dar las dos y media de la tarde. Aquí termina mucho más que un informativo. Fue un placer, muy buenas tardes.
- Hasta siempre.