"Las plataformas digitales han querido acabar con la radio y el periódico de papel, pero no pueden"

Jerez de la Frontera

Buena parte de la trayectoria de Radio Jerez el pasado siglo XX fue bajo el mandato de Pedro Pacheco como alcalde de la ciudad. Entre 1979 y 2003. El que fuera primer edil destaca la aportación de la emisora decana a la sociedad de la época, “y aunque me disteis hasta en el cielo de la boca, fue para hacer del nuestro un gobierno más fuerte desde la crítica”.

Seguidor confeso de la SER desde su juventud, Pacheco tuvo en Radio Jerez la llave desde donde lo local fue también conformando su visión de la ciudad. Actualmente colabora con el espacio mensual “Ciudadano Pacheco”, en el programa local de Hoy por hoy, donde ofrece su visión como ciudadano de las cosas que ocurren en Jerez.

- Hola Pedro.

- Me encanta que cumpláis 90 años, Si miráis atrás os podéis sentir orgullosos. La edad te hace madurar, pero no envejecer. La que envejece es la ropa. Por las caras que veo, Radio Jerez está muy rejuvenecida.

- ¿Cuáles son tus primeros recuerdos como oyente?

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- Lo recuerdo perfectamente porque a través de Radio Jerez empalmaba, dicho en el sentido radioeléctrico, con la Ser, y escuchaba desde Juan Tribuna al Teatro en la Noche. En Jerez había gente tan buena como Carlos Vergara, Carlos Manuel López, Anabel Padilla, Momo Roldán, Fernando Delage... Desde que entramos en el Ayuntamiento mantuvimos siempre muy buenas relaciones. La crítica era siempre buena, máxima hacia nosotros que éramos jóvenes, empezábamos de cero y nos venía muy bien. Vosotros y Machado, de Granada, eran las dos grandes asociadas a la SER.

- ¿Eres de los que duermes con la radio encedida?

- Por supuesto, y en los viajes siempre la radio. Nadie me quitaba de la SERRRRR, qué manía y todavía… Vosotros hicisteis una gran labor, porque además estabais solos en el mundo privado, porque convivíais con el mounstruo de la prensa del Movimiento, monopolio ideológico estatal, y encontrasteis un buen segmento en el mercado y aguantasteis. Tendrían que daros una gratificación excepcional, porque esa fidelidad hay que compensarla.

- Radio Jerez tuvo gran relevancia en la campaña de las municipales que ganaste en el 79.

- Magnífica, fue una cosa preciosa. Nosotros salíamos de una dictadura y fue como cuando Aladino se encontró la lámpara. Decíamos entonces, “Libertad y Estatuto de Adalucía” y Radio Jerez estuvo al pie del cañón. No recuerdo lo que decían sus compañeros de esos jóvenes políticos que irrumpíamos.

- Vamos, que la radio era ya entonces invencible.

- Lo fue y lo sigue siendo. Es como el libro de papel y el libro electrónico, donde el olor del papel y el diálogo interno y poner un separado o apuntar notas es incomparable. Lo mismo ocurre al escuchar la radio. Las plataformas digitales han intentado acabar con la radio y con el periódico de papel, pero no pueden. Me alegro de la supervivencia de la radio. Durante la Dictadura, lo que no podíamos oír por la radio lo escuchábamos por Radio Pirenaica, que a veces le metían presión y se iba. Goebbels, gran autor de la propaganda de Hitler, fíjate el manejo que tenía de la radio.

- ¿Tienes apuntado algún encontronazo durante los años de alcalde?

- Presumo de no haber ejercido acciones penales, y me habéis dado hasta en el cielo de la boca. No pasa nada, hay que mantener el espíritu crítico. No queremos medios borregos ni aplaudidores. No hay gobierno fuerte que no tenga una oposición fuerte ni una prensa crítica. Si sois borregos no nos dejáis ver el bosque.

- ¿No fue la creación de la radiotelevisión municipal un intento de controlar el panorama mediático local?

- No, lo que queríamos era fomentar la participación ciudadana. Y pasamos un calvario, porque fue perseguida en la calle Medina, nos quitaron los aparatos y tuvimos que irnos al Circuito. Incluso sacamos un periódico, pero no compensaba, porque era mejor la radio y la televisión.

- Gracias, Pedrp.

- A vosotros. Y estoy convencido de que llegareis a los cien en breve. Eso tiene que ser histórico. Si no os hacéis lifting tendréis la misma cara bonita que ahora. Cien años no son nada y 90 son bastantes, pero hay que seguir, adelante. Atrás ni para coger impulso.