El Almería cierra el vestuario

LA OPINIÓN DEL DÍA: Sucedió el jueves 6 de marzo en la sala de prensa del Mediterráneo. A una de las preguntas sobre el estado del Almería respondía Rubi que “ahora el vestuario es otro”, dejando claro que hubo momentos donde sin la debida unión, justo cuando el equipo caía en descenso y “se hablaba de muchas cosas” sentenciaba el entrenador catalán. No se debe comentar mucho de lo que pasa dentro de lo que todos conocemos como el Santuario de un club. Lo que ocurre en esa habitación es top secret y el dominio y el control le corresponde al técnico. Lavar los trapos sucios y que nada salga fuera es una de las bases del éxito, pero en el Almería todos tenemos claro que el vestuario tiene fisuras y se ha visto hasta en los partidos.

Malo es que un entrenador hable tanto de su vestuario, sea para bien o para mal. Porque es él quien manda en la plantilla y no los futbolistas en el técnico. Rubi está en manos de los profesionales y es inteligente a la hora de remitir cualquier tema que pueda salpicar a la plantilla. Ha sabido aplicar mesura para levantar a unos profesionales hundidos y lo mejor que puede hacer es pasar la página y dedicarse a ganar partidos, que le va el suelo en ello pese a que tenga tres años de contrato. Hay que pasar de puntillas por el vestuario porque es la clave del éxito y del fracaso.

Si antes no era bueno o es mejor en la actualidad no debe ser un tema que trascienda a la opinión pública. Hay jugadores celosos de su intimidad a los que no les gusta que se meta en un mismo saco a toda la plantilla. No es bueno que un entrenador hable de lo que pasa dentro.

Ropa sucia

Los clubes de LaLiga saben guardar con celo todo lo que pasa en su vestuario. Estamos ante un escenario donde se fraguan los éxitos y los fracasos. El jefe es siempre el entrenador y Rubi al exponer que “ahora el vestuario es otro” admite que en un tiempo donde no había esa unión que lleva al éxito. La ropa sucia se tiene que lavar en el vestuario y que nada trascienda al exterior. Lo bueno y lo malo se queda dentro y la buena gestión del grupo a veces pasa porque nada se filtre fuera y todo se quede en el interior.

Intimidad

Los jugadores tienen sus manías conocidas por los compañeros. Su ritual antes de cada partido que se saben de memoria los entrenadores y piden una intimidad total para que todo quede dentro y no salga a la opinión pública. La falta de unión lleva a la ruina y si se logra hacer grupo todo será más fácil. Pero lo que por encima de todo piden los profesionales es intimidad y Rubi sin decir nada y sin intención de hacerlo, ha dejado claro que hubo un vestuario peor que el actual y se ve más confiado con lo que ahora se respira en el Santuario del Almería.

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Unión

Un vestuario unido es imparable y si está dividido va a la ruina. Mucha culpa de lo bueno y de lo malo que pasa en un vestuario la tiene el banquillo que tiene que barajar carácter, momentos, talante, disposición y muchas manías que en el mundo del fútbol no trascienden. Lo mejor para que la temporada acabe en éxito es que se mantenga esa unión que ahora pregona Rubi y se consiga el ascenso a Primera que les va mucho en ello a los profesionales. Mejor lavar la ropa en la intimidad que hablar de vestuario porque a nada conduce, ya que los futbolistas guardan con celo su intimidad.