El Sheriff Robertone

Almería

El Almería se ha convertido en una película de indios en la segunda vuelta de la temporada y Robertone sigue siendo el Sheriff. El argentino con Rubi lo juega todo hasta con el hombro en cabestrillo porque es uno de los pesos pesados de la plantilla. Tiene mucho mando en el vestuario y si está para jugar sale porque así está establecido. La mejor racha del equipo llegó coincidiendo con su lesión y, a su vuelta, el equipo ha perdido consistencia en un centro del campo dañado por las lesiones. Robertone es el que manda en un equipo que ha perdido el norte porque unas veces habla de juego y otras de puntos su entrenador. Rubi se ha vuelto un buen abogado y encuentra soluciones en las ruedas de prensa para todo. Hay otros jugadores con galones en el vestuario para Rubi pero ninguno como Robertone que hasta se pide las faltas en la frontal y lanza la pelota quieta sin dar un pase en condiciones.

El Almería parece una película del Oeste con más jefes que indios porque en el campo todos mandan. Maximiano en la portería. Edgar en la defensa, Luis Suárez en el ataque y en la medular sobran pesos pesados porque Lopy, Melero y Robertone se dedican a mandar y se olvidan de contener. Muchos jefes para una guerra donde se necesitan soldados. El director de la película tiene claro que el Sheriff es Robertone y le pone. Hasta mermado de facultades ha competido porque el entrenador es de ideas fijas y hace el equipo en función de los que considera intocables.

Robertone tiene que estar cerca de la portería rival y lejos de la suya porque en situaciones como el segundo gol del Granada se pudo ver como los tres del centro del campo corrían para atrás y dejaban ángulo de tiro. No estamos ante la mejor versión de Lopy. Melero es lento de movimientos y Robertone se pierde si juega en su propio campo: pero juega.

Lesión

El argentino es uno de los mejores fichajes de la era Turki Al-Sheikh y nadie puede poner en duda su calidad e implicación pero hay que ubicarlo donde rinde y arroparlo porque en el centro del campo que sacaba Rubi en Granada se le ve desprotegido y ante la velocidad de los contrarios no es precisamente un remedio. Es tanta la confianza del entrenador en el argentino que llegó a ponerlo hasta cuando se le salía el hombro y jugando mermado de facultades. Es el Sheriff en esta película del Oeste llamada Almería donde sobran los jefes en el campo y faltan 'Brunos Langas' para ir a la guerra y sumar puntos. Ha quedado claro que en el Almería hay jugadores que están un paso por delante del resto y uno de ellos es Robertone que juega si está bien y Rubi no le lleva la contraria pese a que su vuelta ha coincidido con la caída en picado del Almería.

Racha

Seguro que se trata de una casualidad pero desde que volviera en la segunda mitad en el Nuevo Arcángel de Córdoba, el Almería ha perdido brillo y ha caído de los lugares de honor. El mejor partido desde su vuelta lo hizo en El Molinón ante el Sporting jugando cerca del área rival y lo bordó. Luego ha tenido destellos pero el centro del campo no funciona y las lesiones han lastrado esta línea donde se gestan los éxitos y los fracasos. estando bien físicamente lo va a jugar todo porque Rubi apuesta por su Sheriff como por Chumi si está sano. Maximiano para la portería o Luis Suárez para el ataque. Hay jugadores exentos de un 'banquillazo' a tiempo y siguen sumando titularidades ante el asombro del aficionado que no entiende a su entrenador.

Titular

Si Lucas Robertone se encuentra bien sale al campo. Trabajó duro para volver en tiempo récord y ayudar al equipo pero no se están dando los resultados y el entrenador no da con la tecla. No se trata de quitarlo del equipo porque debe apostar por los mejores, pero cambiar su ubicación y adelantarlo porque se pierde si juega en su propio campo y su capacidad defensiva es limitada. Sabiendo que Rubi cuenta con su Sheriff, se trata solo de mejorar esta película que por ahora es del Oeste y puede acabar en una de Terror si el equipo no encadena resultados. Los aficionados están hasta las narices de ver tantos jefes en el campo y pocos indios para ir a una guerra que se empezaba a perder con el inicio de la segunda vuelta. Le toca al director Rubi encontrar un bonito final.