El tren de la vida
La firma de Juan Infantes en Hoy por Hoy Jerez

El tren de la vida
La vida es un tren, nos dijeron, pero se les olvidó avisarnos que en España circula con retraso. Empezamos el viaje soñando con destinos luminosos, pero pronto aprendemos a lidiar con apagones emocionales, retrasos en los sueños y cancelaciones de última hora.
A veces, uno siente, tiene la extraña sensación que el maquinista se fue a tomar café, que el revisor hace años que no pasa y que el vagón cafetería es solo una leyenda urbana. Nos estamos quedando, más de lo recomendable, ‘tirados’ en la mitad de la nada, mirando por las ventanas cómo los rumiantes pastan con más calma y tranquilidad que nuestras ideas de hombre neomodernos.
Y aquí estamos: consultando horarios que no se cumplen, esperando amores que no llegan o que, cuando llegan, vienen en otro tren. Pero entre el traqueteo, los compañeros de asiento que nos cuentan su vida y los paisajes que cruzan fugaces, entendemos que el viaje de la vida no está tanto en llegar, sino en seguir.
Porque al final, cuando pasa el tiempo nadie recuerda el horario previsto, solo las risas compartidas en mitad del caos. Así que, cuando el tren de tu vida se detenga, saca el billete arrugado del bolsillo y sonríe porque aquí, en nuestro querido país, hasta la espera forma parte del viaje. Y eso, se lo tendremos que agradecer también a Pedro Sánchez.