El vídeo de una Virgen granadina procesionando por Roma bajo palio: Los Escolapios hizo historia hace ahora 25 años
El papa San Juan Pablo II bendijo la imagen en la Plaza de San Pedro

El palio de la Virgen del Mayor Dolor de la cofradía de Los Escolapios de Granada procesionó en Roma en junio de 2000 / Jorge Atienza

Granada
El Cristo de la Expiración (El Cachorro) de Sevilla y la Virgen de la Esperanza de Málaga presiden la Capilla de San Pío X en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Ambas imágenes han sido trasladadas al Vaticano para presidir una procesión extraordinaria este sábado, 17 de mayo, por las calles de Roma con motivo del Año Jubilar de la Esperanza que la Iglesia Católica celebra cada 25 años. Los cofrades andaluces han destacado el hito de esta celebración con participación de dos imágenes señeras. En la anterior celebración del Jubileo, en el año 2000, una imagen andaluza ya procesionó por las calles de la capital del mundo. Fue la Virgen del Mayor Dolor, de la hermandad de Los Escolapios de Granada. La imagen participó en la gran procesión del Jubileo de las Cofradías, a mitad del mes de junio de ese señero año.
Una amplia delegación de cofrades granadinos se desplazó hasta Roma para asistir al magno acontecimiento. Por primera vez, un palio andaluz procesionaba por el corazón de la cristiandad. La imagen fue bendecida por el papa San Juan Pablo II. Cuando el Santo Padre avanzaba con el "papamóvil" por la Plaza de San Pedro, ordenó parar ante el palio granadino y bendijo la imagen, que recientemente había sido tallada por Álvarez Duarte e incorporada al culto en la hermandad.
El cortejo al completo, con su propia banda de música, salió (y volvió) de la iglesia de San Juan de los Florentinos a los acordes del Himno Nacional de España. Entró a la plaza del Vaticano, y ese fue otro de los momentos más especiales de aquella jornada, a los sones del Himno de Andalucía.
El día antes, el entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger (después, Papa Benedicto XVI) recibió al entonces arzobispo de Granada, monseñor Cañizares, junto a los periodistas que cubrían los acontecimientos granadinos de esos días en Roma, en su despacho del antiguo Santo Oficio. Lo hizo para entregar a la diócesis de Granada los Libros Plúmbeos, que habían estado durante siglos olvidados en los Archivos Vaticanos. Desde entonces, se encuentran en su lugar de origen, la Abadía del Sacromonte.