La tecnología de San Fernando hace magia en el musical 'The Wicked'

Cádiz

El Mago de Oz ha vuelto a levantar el telón, y esta vez lo ha hecho con acento gaditano. Desde este mes de octubre, el nuevo Teatro Alcalá de Madrid acoge la versión española de Wicked, el musical, una producción deslumbrante que ha traído a la capital el universo mágico de Oz con una espectacular puesta en escena. Lo que pocos espectadores saben cuando se encienden las luces es que parte de esa magia nace en San Fernando (Cádiz), en los talleres de Robots Can Cry y Mordor Props Workshop, donde se ha diseñado y construido la gigantesca cabeza animatrónica que representa al célebre mago.

“Wicked tiene una criatura en el escenario, y nos propusieron encargarnos de ella”, explica Javier Coronilla, director del estudio Robots Can Cry, especializado en animatrónica para cine y televisión. “No es nuestro medio habitual, el teatro, pero nunca rechazamos un buen combate”. Ese combate ha sido mayúsculo: la cabeza mecánica del Mago de Oz mide 3,20 metros de alto, más del doble que las versiones británica o americana. “Cuando cogimos el proyecto y nos dijeron que la querían de ese tamaño fue un reto tremendo”, cuenta Coronilla. “A nivel de logística ha sido bastante complicado, pero también muy emocionante”.

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Desde su taller en San Fernando, el equipo de Robots Can Cry asumió el desarrollo completo del sistema interno de la criatura y, en esta ocasión, también el exterior. “Normalmente hacemos la parte mecánica y otra empresa se encarga de la piel, pero esta vez dijimos: venga, nos lanzamos”, recuerda. Para ello montaron una auténtica granja de impresión 3D y fabricaron cada pieza durante más de 4.700 horas en apenas 20 días. “Ha sido una hecatombe, pero el resultado ha merecido la pena. En España no se ha hecho nada igual: una cabeza de más de tres metros, en movimiento, impresa en 3D”. El acabado final incluye refuerzos de carbono y técnicas propias de la industria aeronáutica, una muestra más del grado de innovación que caracteriza a este estudio gaditano.

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La parte más artística y de ambientación corrió a cargo de los también isleños José Ossorio y su equipo de Mordor Props Workshop, habituales colaboradores de Coronilla. “Mordor siempre nos echa una mano cuando hay algo más artístico que técnico”, explica. Ossorio ha trabajado en cine y televisión y recientemente participó en la fabricación de objetos para la película La sociedad de la nieve, lo que refleja su experiencia en proyectos de alto nivel. Su taller se especializa en la creación artesanal de decorados, réplicas, criaturas y accesorios, combinando materiales tradicionales con técnicas digitales de modelado e impresión. En Wicked, su aportación ha sido decisiva para dotar de realismo, textura y personalidad a la imponente cabeza del mago.

Entre ambos talleres, la criatura fue tomando forma hasta convertirse en la impresionante presencia que domina parte de la escenografía de Wicked. Su traslado a Madrid fue otra aventura: “Cargamos de noche, porque sacar a la luz del día una cabeza de tres metros veinte habría roto la magia”, bromea Coronilla. “La cubrimos con mantas, la metimos en el camión casi de madrugada y fue como una noche de Reyes Magos”.

El trabajo no termina con el estreno. A diferencia de las producciones de cine, donde las criaturas se usan durante un rodaje y después se almacenan, esta cabeza animatrónica deberá funcionar a diario sobre el escenario, con mantenimiento continuo y piezas de repuesto. “Esa es la gran diferencia con el cine: esto se va a utilizar todos los días, así que nos encargamos también de su mantenimiento”, explica Coronilla. El proyecto, además, marca un punto de inflexión en su carrera: “Estamos pivotando un poco hacia teatro y parques temáticos, sin dejar el cine, pero ampliando horizontes”.

El nombre de Javier Coronilla figura ya en los créditos de producciones internacionales como Star Wars: The Rise of Skywalker, Rogue One o la serie The Dark Crystal: Age of Resistance. Junto a él, José Ossorio y Mordor Props Workshop representan la otra cara de esa misma excelencia: la de la artesanía técnica capaz de emocionar tanto como la tecnología más avanzada. “Nos movemos mucho, claro, pero nuestra base está aquí”, dice Coronilla. “Desde San Fernando, como siempre”.

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Los espectadores que acudan al Teatro Alcalá y se maravillen con el imponente rostro del Mago de Oz ya sabrán que esa mirada, esos gestos y esa presencia casi humana se han construido pieza a pieza junto a la Bahía de Cádiz. Una nueva demostración de que desde San Fernando también se puede hacer magia.