El vino de Jerez contado como nunca se había contado

Jerez de la Frontera

EL VINO DE JEREZ CONTADO COMO NUNCA SE HABÍA CONTADO

Hoy quiero dedicar estos minutos de radio a la intervención realizada en el Palacio de San Dionisio. Lo hago, como jerezano, para expresar un sincero elogio. Por el continente : la cuidada rehabilitación de un edificio tan cargado de resonancias históricas y situado en el corazón mismo de nuestra ciudad, en la Plaza de la Asunción. Y por el contenido. Un Museo del Vino de Jereztitulado en inglés The Sherry Gallery, se entiende que por mor del marketing turístico- es un centro de interpretación del vino con todas las de la ley. ¿ Pero no existía ya algo así ? El Marco que cuenta con el primero de los Consejos Reguladores del vino, la ciudad con las bodegas de más renombre en el mundo desde hace dos siglos ¿ no tenía un Museo para reunir sus valores y contar su rica historia a propios y extraños ?. Increíblemente, la respuesta es NO. De ahí que la apertura de esta Galería del Sherry adquiera una dimensión superlativa. Sobre todo porque su planteamiento es holístico, es decir, universal, entrelazando las historias de vinos y bodegas que hasta ahora se contaban por separado. Ese valor es principal en sí mismo y añade valor a los legados particulares que se han conservado hasta ahora. Porque amplia la mirada y ensancha la comprensión. Pero es que, además, no se han escatimado recursos, incluido un despliegue espectacular de tecnología digital, pantallas interactivas y hasta un streeming transmitiendo en tiempo real lo que ocurre en un determinado viñedo del Marco de Jerez. Pero más importante que todo eso es, en mi opinión, haber puesto al frente del lugar a jóvenes historiadores con un exhaustivo conocimiento de la materia y con una más que notable capacidad para contarlo de manera atractiva y rigurosa a los visitantes. Nunca antes escuche una explicación mejor del proceso por el que se elaboran los vinos de Jerez. Nunca antes estuvo disponible para el gran público la experiencia olfativa de identificación de los componentes de cada vino, de sus ingredientes frutales, del aroma que los diferencia y los convierte en únicos. Ser sommelier por un momento resulta, además, divertido.

Para los visitantes de espíritu coleccionista la Galería de San Dionisio es un paraíso con 23 mil etiquetas que es posible ver a golpe de clic en una pantalla táctil y obtener información pormenorizada a demanda. O acercarse , sin tocar, a vitrinas repletas de botellas de todos los vinos y licores. O descubrir la etimología del brandy de Jerez y otras curiosas intrahistorias del universo vitivinícola.

Y a todo esto, un dato imposible de ignorar : se trata de una iniciativa enteramente privada, apuesta personal de un ciudadano llamado Fulgencio Messeguer, propietario también de las bodegas Cayetano del Pino. Me ahorro calificativos por no incurrir en apologías. Los hechos hablan por si solos. Y hablan muy bien. Así que es de justicia decir gracias. Y quitarse el sombrero.

PACO LOBATÓN