Más que una etiqueta gastronómica
La firma de Antonio Mariscal en Hoy por Hoy Jerez

Jerez de la Frontera
Más que una etiqueta gastronómica
Jerez tiene talento, historia y también sabor. Pero, sobre todo, tiene potencial para convertirse en la verdadera capital gastronómica del sur de España. No es algo que se consiga solo con este nombramiento sino con un proyecto sostenido que conecte la tradición con la innovación y ponga en valor lo que aquí se hace mejor que en ningún otro lugar: convertir lo cotidiano en arte.
El turismo gastronómico ya no es una moda, es una tendencia global y una estrategia económica sólida. Los viajeros buscan autenticidad, quieren entender el origen de lo que comen, escuchar las historias detrás de cada plato, participar en experiencias reales. En Jerez, ese relato existe desde las bodegas donde criamos el vino hasta los tabancos que aún preservan la esencia de la ciudad.
Sin embargo, para aspirar al liderazgo gastronómico, Jerez necesita creérselo. No basta con tener excelentes productos o cocineros con talento hay que tejer una red que una a productores, restauradores, enólogos y promotores turísticos. Una red con visión de ciudad, con mirada larga, capaz de proyectar al mundo la idea de que comer en Jerez es mucho más que alimentarse: es vivir una experiencia cultural completa.
Los vinos de Jerez, el vinagre, el brandy, los platos de temporada, el tapeo jerezano y la nueva cocina local pueden ser el eje de un relato moderno. Pero para lograrlo, la ciudad debe apostar por su propio relato, escapar de los tópicos y mostrar al visitante una identidad abierta, orgullosa y contemporánea.
Si organizamos nuestro talento y nuestra pasión, si logramos unir la excelencia gastronómica con nuestro patrimonio cultural podemos convertirnos no solo en un destino atractivo, sino en una referencia española del turismo gastronómico.




