Las luces y sombras de 2025 en Cádiz

Cádiz

2025 ha sido un año intenso, desigual y, en muchos momentos, convulso en la Bahía de Cádiz. Un ejercicio marcado por una inesperada pero dura huelga del metal, similar a la vivida cuatro años antes, que volvió a tensar la paz social y dejó más de una docena de detenidos en unos paros que acabaron cerrándose con un acuerdo polémico, respaldado únicamente por UGT. Aquella huelga tuvo consecuencias directas para el astillero de Cádiz, al retener durante días varios cruceros de Carnival, una situación que desembocó meses después en la decisión de la compañía de retirar sus barcos de la factoría gaditana.

Pese a ese contexto, 2025 ha sido un buen año para la industria naval y auxiliar. Navantia ha mantenido el pulso de las reparaciones, Puerto Real ha recuperado actividad y San Fernando ha modernizado e inaugurado instalaciones de alto nivel tecnológico. También Dragados y Airbus han cerrado el año con carga de trabajo garantizada para varios ejercicios, consolidando uno de los principales pilares económicos de la provincia.

En el plano laboral y social, Cádiz capital ha vivido un año especialmente complicado. La huelga de autobuses urbanos agravó la precaria situación del transporte público, uno de los grandes focos de crítica junto a la limpieza, mientras el Ayuntamiento cerraba el año anunciando el nuevo pliego del servicio. Todo ello en un contexto preelectoral, con la vista puesta en las autonómicas de 2026, que ha llevado a la Junta a mover proyectos largamente pendientes como la Ciudad de la Justicia, la colocación de primeras piedras, la inauguración del centro de fabricación avanzada o el avance de las obras de Valcárcel para convertirlo en Facultad de Farmacia. En cambio, el nuevo hospital sigue siendo una asignatura pendiente, a la espera de un acuerdo sobre los suelos de CASA ofrecidos por el Gobierno central.

La sanidad pública ha sido uno de los grandes quebraderos de cabeza del año para el Gobierno andaluz, especialmente tras el escándalo de los errores en el cribado de cáncer de mama, que también tuvo impacto en Cádiz, y el deterioro de la atención primaria, con movilizaciones de sindicatos y la Marea Blanca. En ese contexto llegó a la Consejería de Sanidad el gaditano Antonio Sanz, protagonista además del mayor simulacro antitsunami celebrado nunca en España.

2025 también ha sido un año marcado por emergencias. La Bahía se ha preparado para un posible maremoto, ha sufrido inundaciones por las lluvias y varios incendios forestales, además del grave fuego del edificio Miramar del Río San Pedro, que ha dejado a más de cien familias meses después sin agua potable, en una situación aún sin resolver.

A nivel municipal, Puerto Real ha atravesado un año especialmente difícil, con protestas que han alterado el funcionamiento normal de la ciudad, mientras Chiclana ha consolidado su crecimiento y aumento de población. San Fernando se ha afianzado como ciudad de eventos y ha desbloqueado proyectos largamente esperados, y El Puerto de Santa María ha cerrado el año reduciendo deuda y poniendo en marcha nuevas infraestructuras. Rota mira ya a 2026 con expectativas tras el anuncio del impulso a la autovía A-491.

El transporte ferroviario ha vuelto a ser protagonista en negativo, con averías y retrasos continuos, frente a los avances para aliviar los atascos, con las obras del nudo de Tres Caminos y nuevos carriles en la AP-4. En sucesos, el narcotráfico ha seguido dejando imágenes de narcolanchas, récords de incautaciones de gasolina y episodios de violencia, como el tiroteo mortal entre bandas en Rota.

Fue también el año de la dimisión del obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, tras conocerse una denuncia por abusos, su sustitución provisional y un Carnaval marcado por la despedida de El Selu y la irrupción de nuevas chirigotas. En deportes, el Cádiz CF resistió en Segunda, desapareció el histórico San Fernando y nacieron nuevos proyectos, mientras la provincia vivía grandes citas culturales, conciertos históricos y celebraciones como el centenario de Radio Cádiz, en un año que volvió a demostrar, incluso durante el gran apagón del 28 de abril, el valor insustituible de la radio.