Muro Kvartet cierra con gran éxito Enclaves
Cerca de 160 personas han vibrado con la fusión, el funk-folk y la dinámica y enérgica actuación de Muro Kvartet en el exterior de la ermita de El Viñedo de Castilsabá
Festival Enclaves que organiza la Hoya de Huesca
El Festival EnClaves ha concluido con una exquisita y vibrante actuación final en la ermita de El Viñedo de Castilsabás. Muro Kvartet ha sido el cuarteto de cuerda protagonista de este último concierto del festival y ha hecho vibrar y que la alegría se haya contagiado rápidamente entre las cerca de 160 personas que han asistido al exterior de este enclave. El dinamismo y el virtuosismo de la combinación de fusión y funk-folk de la formación aragonesa han sido una despedida por todo lo alto a la programación de este festival organizado por la Comarca Hoya de Huesca.
La actuación ha comenzado con Juan Zalba al violín y en solitario interpretando una melodía triste a la que después se han añadido el resto de sus compañeros (Andrés Campos a la viola, Laura Sorribas al violonchelo y Álex Prats al violín) ya dotando la canción de más energía y virtuosismo. Después han interpretado Shine you no more de Danish String Quartet y Federico II de Giovanni Sollima, melodías con mucho sentimiento y variaciones y en las que además de acariciar las cuerdas de sus instrumentos con cariño, melancolía y en ocasiones fuerza, también han utilizado estos como percusión en algunas canciones, involucrando siempre al público, que ha recibido cada pieza con cariño, alegría y fuertes aplausos.
Después han interpretado Samba y Sailor de Vision String Quartet con la técnica de pizzicato, que consiste en pellizcar las cuerdas. Juan Zalba y Andrés Campos, con violín y viola, respectivamente, han interpretado Dirty Harry de forma improvisada ya que no estaba incluida en el programa de la actuación, para hacer que los asistentes acompañasen haciendo ruido, silbando, dando palmas y vitoreando su música.
Después han tocado tres canciones propias de su próximo disco, algunas todavía sin nombre, en las que han alternado tocar la viola y el violín de un modo similar al de una guitarra, con el modo más tradicional empleando el arco y apoyándolo sobre el hombro. La involucración del público ha ido en aumento conforme ha ido avanzando el concierto.




