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Eduardo Viñuales, especialista en el Moncayo: "La naturaleza resurgirá como un ave fénix " tras el incendio

Este naturalista cree que toca aprender de este incendio y poner en valor los aspectos positivos como la solidaridad entre los vecinos

El incendio del Moncayo podría estar controlado a lo largo del día / Gobierno de Aragón

Zaragoza

De casi todo se aprende. El incendio de Añón ha sido un jarro de agua fría pero también una llamada de atención con la que algunos han aprendido cuanto vale un paisaje. Es la reflexión que hacía en la Cadena Ser Aragón el naturalista Eduardo Viñuales. Con una estampa teñida de negro que tardará en recuperarse, ahora toca valorar las consecuencias.

Lo mejor de las personas

Los municipios afectados por el incendio forestal que se declaró este pasado sábado en Añón de Moncayo (Zaragoza) solicitarán la declaración de zona catastrófica. En este incendio, que ha teñido de negro la comarca de Tarazona y el Moncayo, han ardido alrededor de 6.000 hectáreas. Más de 50 kilómetros. Toca, ahora, recuperar y reparar lo dañado. Y valorar también, los aspectos positivos.

Eduardo Viñuales es naturalista y un buen conocedor de la zona. "Algo tan horrible como un incendio saca lo mejor de las personas, y también su valía, por lo que debemos sentirnos orgullosos de todas esas personas que han estado ahí y han lograd contribuir a sofocar el fuego", explicaba Viñuales.

Y aunque en Añón de Moncayo el olor a monte quemado lo sigue impregnando todo, muchos ya piensan en el futuro. En la naturaleza. En ver de nuevo verdecer el paisaje. "Los encinares tarde o temprano se acabarán regenerando. Hay árboles como la encina o carrasca que rebrotan de raíz. Hay que hacer una lectura positiva de la situación porque la vida volverá a reinar en estos lugares. Y aunque a la naturaleza hay que ayudarla, echarle una mano, se regenerará, y como un ave fénix, resurgirá de sus cenizas", explicaba en la SER el naturalista Eduardo Viñuales.

Una llamada de atención

Una vecina de la urbanización Villacumbres, Rocío Herrera, en Añón del Moncayo, dejó su casa "por miedo" a que la virulencia del viento condujera las llamas hasta su vivienda. Otros estuvieron mano a mano con los bomberos para ayudarlos a conocer la zona. Y algunos, aprovechan ahora a valorar la situación.

"Con el incendio hemos aprendido cuanto vale un paisaje, cuanto vale nuestra tierra, cuanto vale nuestro entorno... Ahora no debemos perderlo ni tampoco ponerlo en riesgo", explicaba Viñuales

Para algunos, un fuego que es más que un incendio. Una aviso de lo que está por venir. "Es una llamada de atención de que las cosas no suceden porque sí. Si miras las estadísticas de incendios forestales en nuestro país, solo un 5% son por rayos. El número de causas naturales es muy bajo. El 90% de los incendios forestales tiene detrás, de una manera u otra, la mano del hombre", explicaba el naturalista.